Los precios del cobre bajaban el viernes, presionados por la fortaleza del dólar, pero se encaminaban a anotar una modesta subida este año por la saludable demanda de China y las esperanzas de recortes de las tasas de interés en Estados Unidos.

El cobre a tres meses en la Bolsa de Metales de Londres (LME) bajaba un 0,1% a US$8.613 por tonelada métrica. El cobre LME ha ganado un 2,8% este año, revirtiendo en parte una caída del 13,9% en 2022.

Los inversionistas estaban divididos sobre las perspectivas para 2024, con los alcistas destacando la perspectiva de nuevos estímulos en China, principal consumidor de metales, la demanda de la transición a energías verdes y la esperanza de recortes de tasas a medida que disminuya la inflación.

Otros se muestran más cautos debido al débil crecimiento económico, que puede provocar recesiones en algunas naciones.

”Parece que la economía mundial se ralentizará aún más en la primera mitad de 2024, lo que significa que la historia alcista de los metales que algunos están presentando puede tener que esperar un tiempo”, dijo Malcolm Freeman, CEO de Kingdom Futures.

En China, sin embargo, la demanda de cobre aumentó un 3,2% este año después de que el país abandonó su política de cero COVID, según los analistas de la correduría China Futures.

El crecimiento anual se moderará al 2,8% en 2024, ya que el sector de la vivienda sigue siendo lento, pero se compensa en parte por el aumento de la inversión en la red eléctrica y los fuertes sectores de la energía solar y eólica, añadieron.

El cobre se utiliza ampliamente en los sectores de la energía, la construcción y el transporte.

El mercado también se veía apuntalado por unas perspectivas de oferta de concentrado de cobre más ajustadas en medio de los cierres de minas y las interrupciones, destacadas por la medida adoptada el jueves por los principales fundidores de cobre de China de rebajar sus previsiones para el primer trimestre en cuanto a los cargos por cobre.

Los metales también eran afectados por la subida del índice dólar, que encarece las materias primas que cotizan en el billete verde para los compradores con otras divisas.

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