No estaba en los pronósticos de nadie. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) de enero anotó una variación mensual de 0,7%, mucho mayor a lo que pronosticaba el mercado, aunque el dato anual siguió moderándose y bajó a 3,8%, según informó esta mañana el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).

El primer IPC del año, además, contó con una particularidad: el INE estrenó una nueva composición de la canasta de productos que se utilizan para calcular la inflación.

Sergio Lehmann economista jefe del BCI, comentó que «la cifra estuvo sobre lo previsto, con sorpresas especialmente importantes del lado de alimentos y bebidas, además de servicios básicos».

Mientras que Aníbal Alarcón, economista senior de Scotiabank Chile, sostuvo que «la sorpresa en el aumento de la inflación provino principalmente de dos factores. Uno, el incremento en la división de alimentos y dos, el traspaso cambiario que resultó en alzas de precios en bienes transables».

En ese sentido, Ignacio Muñoz, investigador Clapes UC, coincidió con Alarcón, ya que planteó que «más allá de la nueva canasta utilizada en el cálculo de la inflación, se encuentran, entre otras cosas, dos factores».

El primero de ellos, dijo, «tiene que ver con el aumento en el tipo de cambio durante el mes de enero, el cual repercute directamente en el precio de algunos alimentos, como varios tipos de carne».

En ese sentido, Ignacio Muñoz, investigador Clapes UC, coincidió con Alarcón, ya que planteó que «más allá de la nueva canasta utilizada en el cálculo de la inflación, se encuentran, entre otras cosas, dos factores».

El primero de ellos, dijo, «tiene que ver con el aumento en el tipo de cambio durante el mes de enero, el cual repercute directamente en el precio de algunos alimentos, como varios tipos de carne».

Y el segundo, afirmó, «son los efectos estacionales propios de esta época, relacionadas al aumento de demanda de algunos alimentos y de los reajustes en el precio de otro bienes, como los gastos comunes y el arriendo».

En tanto, Marco Correa, economista jefe de Bice Inversiones, comentó que las principales explicaciones para este registro vinieron de «la división de vivienda, comunicaciones y equipamiento del hogar».

Así, en el detalle de la división de vivienda, aseveró que «el servicios de gasto común anotó una variación de 6,5%, superando el ajuste que muestra habitualmente. En este sentido, en los meses siguientes podría darse un ajuste el dirección opuesta».

Respecto a la división información y comunicaciones, Correa destacó «el alza de equipos y accesorios de información de 4,9%, corrigiendo la caída de -5,5% vista en el mes previo».

Meta inflacionaria

Este dato, sin embargo, no movió la aguja en cuanto a las proyecciones de inflación en el país. La semana pasada, en su primera Reunión de Política Monetaria (RPM), el instituto emisor cumplió con las expectativas que tenía el mercado y aplicó una agresiva baja de 100 puntos base (pb) a la tasa de interés en el país.

Según comunicó en esa oportunidad, la decisión se fundamentó dada la estimación de que «la inflación a la meta de 3% se materializará antes de los previsto en el IPoM de diciembre», sumado a que la Tasa de Política Monetaria (TPM) «llegaría a un nivel neutral durante la segunda parte de 2024».

En ese sentido, Alarcón aseveró que «a pesar de la preocupación por el traspaso cambiario sobre los productos transables debido al aumento del tipo de cambio en lo que va de febrero, se estima que la inflación interanual convergerá hacia la meta del 3% en marzo».

Mientras que Correa estimó que el Banco Central «continuaría con su proceso de recortes de TPM, como lo señaló en su último comunicado, donde bajo 100 pb su tasa y aseveró que la llevaría al nivel neutral durante este año. Lo anterior, pues este registro no desviaría en gran medida a la inflación de su convergencia».

«Estimamos que la inflación alcanzaría la meta de 3% del Banco Central en los próximos meses, para mantenerse en la cercanía de dicho nivel hacia fines de año», dijo el economista jefe de Bice Inversiones.

En tanto, Andrés Pérez economista jefe Latam de Itaú, sostuvo que «de todas formas, la inflación de enero de 2024 es el primer dato con la nueva canasta con base en el año 2023, cuyo análisis preliminar sugiere que el descenso de la inflación sería incluso más rápido».

Con todo, dijo que «seguimos esperando que el Banco Cental baje la TPM en un ritmo similar en la RPM del 2 de abril, acercándose hacia niveles neutrales hacia el tercer trimestre de 2024».

Diego Valda, consultor senior de Zurich AGF, indicó que mantienen que el Banco Central «recorte la TPM en 75 puntos base en la próxima reunión de dejándola en 6,75%».

Finalmente, aseveró que «es probable que el Banco Central esté atento a la evolución del tipo de cambio que podría generar presiones inflacionarias, y condicionar las magnitudes de los recortes».

Por último, el Departamento de Estudios de Coopeuch enfatizó en que «dado que el Banco Central utilizará las variaciones anuales de la serie referencial en sus decisiones (y no las de la serie empalmada), seguimos esperando un recorte de al menos 100 pb en la RPM de abril».

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