La economía chilena está mostrando señales de un freno en su velocidad de mejora en el cuarto mes de 2023. Si bien en marzo la actividad económica había vuelto a mostrar señales alentadoras, en abril esta se encuentra en una situación levemente empeorada, entre otras cosas, influenciada por el precio del dólar y un aumento en la brecha de género en la participación laboral.

Lo anterior de acuerdo con el último reporte del Barómetro de la Economía Chilena, instrumento creado por el Instituto UNAB de Políticas Públicas que realiza una radiografía de cómo se encuentra la economía en la actualidad, a través de 20 indicadores.

Esta caída, dice el reporte, se debe principalmente a que tres de las 20 variables tuvieron cambios en sentido negativo: el dólar pasó del cuadrante “mal, pero mejorando” a “mal y empeorando”, el spread soberano del “bien y mejorando” a “bien, pero empeorando” y la brecha de género en participación laboral del “bien y mejorando” a “bien, pero empeorando”.

En tanto, sólo la inversión extranjera directa tuvo una variación en sentido positivo, evolucionando del cuadrante “mal, pero mejorando” a “bien y mejorando”.

Para el mes de abril, el índice arrojó que el 30% de las variables analizadas se encuentran en el área “bien y mejorando”: incertidumbre económica, la tasa de créditos hipotecarios, precio del cobre, participación laboral, exportaciones y la inversión extranjera directa). En tanto, un 25% se encuentra en el cuadrante “bien, pero empeorando”: los deudores morosos, la deuda neta del gobierno central, el spread soberano, el IPSA y la brecha de género en participación laboral.

Por otra parte, un 30% de las variables se encuentran “mal, pero mejorando”: inflación, el índice de remuneraciones reales, el Imacec, la confianza empresarial, la confianza de los consumidores y los saldos en las cuentas corrientes y depósitos a plazo. Y, por último, un 15% están “mal y empeorando”: desempleo, el dólar y la creación de empleos.

Principales cambios de abril

De acuerdo con el reporte, en abril hubo cuatro variables que experimentaron movimientos significativos al cambiar de cuadrante: tres en sentido negativo y uno en dirección positiva.

Uno de los indicadores que tuvo una tendencia desfavorable fue el dólar, que pasó de encontrarse “mal, pero mejorando” a “mal y empeorando”. El cambio de cuadrante se produce porque la cifra del mes actual es mayor al comparar con el promedio de los valores anteriores.

En el mismo plano negativo, la brecha de participación por género pasó de estar “bien y mejorando” a “bien, pero empeorando”. Esto, a causa de que la tasa de participación en el mercado laboral de los hombres fue de 71,2% en el trimestre móvil diciembre-enero-febrero, mientras que para las mujeres fue de 51,1%. Así, respecto al trimestre anterior, la brecha aumentó de 19 a 20 puntos porcentuales.

Asimismo, el spread soberano también pasó de “bien y mejorando” a “bien, pero empeorando” en el último informe, debido a un aumento de 140 a 152 puntos base promedio, “lo que podría tener consecuencias directas en la inversión, el empleo y otras variables”, dice el reporte, aunque destaca que el riesgo general en las economías del mundo aumentó.

En tanto, en el terreno positivo, la inversión extranjera directa en Chile mejoró, pasando de “mal, pero mejorando” a “bien y mejorando”. En febrero, esta alcanzó los US$ 2.999 millones, superando los capitales que ingresaron al país desde abril de 2022 y el promedio de los últimos doce meses. Aunque el flujo de participaciones en el capital disminuyó, las utilidades reinvertidas y los instrumentos de deuda aumentaron.

Conclusiones

Para el subdirector del Instituto UNAB de Políticas Públicas, Gonzalo Valdés, “estos resultados muestran un retroceso en la recuperación económica. Destacan el aumento del riesgo país debido al empeoramiento de la economía mundial y los retrocesos en el mercado del trabajo. La caída en la velocidad de recuperación es una alerta de que la crisis aún no está superada”.

Adicionalmente, Valdés se refirió a la agenda laboral del gobierno y los eventuales impactos que podría tener sobre el mercado. “Se acumulan proyectos de ley que afectan la calidad del empleo. Ya se aprobó la ley de 40 horas -que además de bajar la jornada laboral aumenta la flexibilidad-, y se discute el adelanto del aumento del sueldo mínimo a $500 mil, y el aumento de las cotizaciones previsionales. Estos cambios al mundo laboral son relevantes y el mercado necesitará tiempo para ajustarse y, por su parte, las autoridades necesitarán tiempo para evaluar sus efectos en el mercado laboral. El ejecutivo debiera pensar con gran detención si conviene implementar cambios de forma tan brusca”.

Con respecto a otros factores que podrían impactar en el bienestar económico a futuro, Valdés agregó que “vemos que en este último tiempo los temas económicos pasan a segundo plano en las prioridades de las familias. Con toda razón, la falta de seguridad toma protagonismo: implementar agendas anti delincuencia y anti drogas robustas, que den tranquilidad a la ciudadanía, es urgente. Sus efectos en el corto plazo son los prioritarios, ya que está en juego la vida de la población, y también porque las consecuencias de no abordarlos impactarán en las futuras generaciones a través de menor inversión y, por lo tanto, empleos de menor calidad”.

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