No todos los secretos son malos. Esto es aplicable a las proposiciones de matrimonio, a los regalos, a las fiestas sorpresa y otros eventos que se deciden ocultar temporalmente para observar atentos la cara de sorpresa y alegría de la persona a la hora de desvelarlo. Lo cierto es que estos secretos positivos los mantenemos más de lo que creemos. Y cuanto más tiempo pase hasta que lo desvelemos, más energía tendremos. Al menos así lo constató el estudio The Bright Side of Secrecy: The Energizing Effect of Positive Secrets, publicado el pasado mes de noviembre en el Journal of Personality and Social Psychology.

Los científicos, encabezados por Michael Slepian, profesor asociado de Empresa en la Universidad de Columbia, querían desentrañar los efectos de guardar un secreto. Estudios previos habían dado cuenta de las consecuencias nefastas de hacerlo, pero sin diferenciar entre un secreto positivo y uno negativo. ¿Es el secretismo intrínsecamente malo para nuestro bienestar o los efectos negativos del secretismo tienden a derivarse de guardar secretos negativos?«, se preguntó el autor principal, el doctor Michael Slepian, profesor asociado de Ciencias Empresariales en la Universidad de Columbia.

He ahí la clave del estudio. «Aunque los secretos negativos son mucho más comunes que los positivos, algunas de las ocasiones más alegres de la vida comienzan como secretos», afirmó Slepian. Lo primero que descubrió Slepian en una encuesta preliminar, realizada a 500 personas, es que la mayoría de la gente —un 76%—compartiría una buena noticia en cuanto se enteraba.

Y en la investigación, que consistió en la conducción de cinco experimentos con más de 2.500 participantes para comprender qué motiva a las personas a guardar secretos positivos y cómo puede afectar a alguien guardar un secreto positivo, concluyeron que guardar secretos positivos, incluso durante muy poco tiempo, puede llenar de energía a las personas. Además, un secreto positivo sin tener ninguna intención de revelarlo puede tener efectos incluso más notables.

«Los secretos positivos que la gente decide guardar deberían hacerla sentir bien, y la emoción positiva es un conocido predictor de la sensación de energía», afirmó Slepian. En los cuatro experimentos, los científicos descubrieron que había otra razón que hacía que las personas que guardaban secretos positivos se sintieran llenas de energía. Es lo que denominan: «motivaciones intrínsecas».

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