Tiene cerca de 17 años, ingresó irregulamente a Chile, se llama Ángel, según él trabaja como repartidor de comida, no tiene rut y -al menos- en los registros de Carabineros no tiene detenciones previas.

Eso es lo poco que se sabe del primer detenido en la investigación por secuestro con homicidio del teniente (R) Ronald Ojeda Moreno (32), exmilitar disidente del régimen de Nicolás Maduro, quien fuera secuestrado la madrugada del 21 de febrero, desde su departamento en la comuna de Independencia.

Pasaron nueve días hasta que la Fiscalía y la PDI dieron con su paradero, alertados primero por un llamado anónimo que reportaba movimientos de materiales pesados en el campamento Vicente Reyes de Maipú y, luego, de que los análisis de distintas cámaras de seguridad lograran identificar a un sospechoso de participar en el secuestro.

En el campamento, los investigadores dieron con el cuerpo de Ojeda, el cual estaba enterrado a 1,40 metro de profundidad, tapado por un radier de cemento y al interior de una maleta. Durante la jornada de este lunes se confirmó además que la causa de su muerte fue la asfixia mecánica posicional. Es decir, falleció ahorcado.

En paralelo, además, los detectives lograron ubicar a Ángel C., el primer sospechoso en ser detenido. Pero ¿cómo comenzó a desenredarse la primera parte de un secuestro que aún no puede ser aclarado del todo?

Un llamado y una foto

Según ha podido reconstruir la Fiscalía, en conjunto con la Brigada de Investigaciones Especiales de la PDI (Bipe), fue a las 23.00 de la noche del 20 de febrero que el imputado llegó hasta las inmediaciones del edificio donde vivía Ojeda con su esposa y su hijo de 6 años.

No llegó solo, sino que acompañado de un segundo involucrado, donde -según expuso la Fiscalía ante el Tercer Juzgado de Garantía de Santiago- montaron un “punto de vigilancia” con la finalidad de prestar cobertura para el secuestro.

De acuerdo a la declaración del adolescente, él no sabía de lo que estaba participando. Ante los fiscales que lo interrogaron señaló que fue otro de los investigados quien lo invitó a salir, pero solo a “comer hamburguesas y fumar marihuana”.

Es más, advirtió -según relató su defensa ante el tribunal- que cuando se encontraron con el resto de la banda, “estos le reclamaron (al otro investigado) sobre su presencia (la de Ángel)”.

Tanto el adolescente como el segundo sospechoso, que aún no ha sido detenido, permanecieron en el auto hasta las 3.00 de la mañana. Es ahí que el piloto del auto Chevrolet, que luego sería encontrado en Renca, recibe un llamado, corta y enfoca con la cámara del teléfono hacia la puerta del edificio para inmortalizar con una fotografía la salida de Ojeda y sus captores.

El imputado asegura que cuando preguntó qué era lo que estaba pasando, le ofrecieron dinero, pero que no aceptó, algo que su defensa utilizó para argumentar por qué su representado no había participado directamente en el secuestro.

Cinco sospechosos

El plan de los captores de Ojeda parecía ir a la perfección, pues no solo se disfrazaron de detectives, ni utilizaron balizas para simular ser de la PDI, sino que también mostraron al conserje del edificio una supuesta orden de detención que claramente había sido falsificada. No había cabo suelto.

Según los antecedentes de la Fiscalía, al menos cinco personas habrían participado del secuestro. Ángel sería uno, otros cuatro son quienes ingresaron al edificio, donde uno se quedó en el hall de entrada, y otros tres subieron al piso 14 a sacar a Ojeda.

Cuando ingresaron al departamento del teniente (R) tampoco dejaron espacio para errores. Por ejemplo, tras intimidar a la familia que a esa hora dormía, también se llevaron dos celulares de la víctima, antes de atarlo y llevarlo por el pasillo hacia el ascensor.

En la huida no solo participa un auto, sino que también un vehículo marca Nissan. Casi en simultáneo llegan hasta el kilómetro 20 de la Costanera Norte, donde llegó un tercer automóvil, ahora de marca Hyundai.

A ese vehículo suben a Ojeda, con dirección hacia el sur; pero como en todo caso la perfección no existe, Ángel fue captado por las cámaras de seguridad cargando bencina en una estación de servicio, además de ser rastreado por las antenas de teléfono celular, el mismo día del secuestro. Con esto sobre la mesa se le posicionó en el lugar y su declaración terminó por cerrar el círculo.

La resolución: “Es un delito cuidadosamente planificado”

De acuerdo a la resolución de la magistrada (de quien no se permite revelar su identidad, por un protocolo de seguridad que mantienen los jueces que ven este tipo de causas), la medida cautelar de internación provisoria corresponde pues se fundan los presuntos materiales imputados por la Fiscalía. “Se trata de un delito cuidadosamente planificado, concertado, donde los miembros son parte de una organización altamente preparada y profesional”, señaló.

Además, puso en duda la versión del adolescente, quien aseguró que no sabía lo que pasaba en relación al secuestro. “Si él mismo sabía que su compañero tenía vínculos con el Tren de Aragua, por qué acepta salir con él, por qué no sale del vehículo cuando ve lo que está ocurriendo, y por qué estos sujetos altamente preparados, que muestran una resolución judicial falsa, capaces de cautelar la participación de tres autos distintos en el hecho, le permiten a un desconocido permanecer en la operación”, sostuvo la magistrada.

Con estas pistas sobre la mesa, resta saber dónde estarían los otros cuatro implicados en el secuestro y dilucidar algo clave: ¿por qué raptan a Ojeda? Hasta el momento no se han encontrado antecedentes penales, ni policiales previos, salvo la multa por transitar sin permiso bajo toque de queda, durante la pandemia, en abril del 2021.

El fiscal regional Sur, Héctor Barros, señaló que “en esta causa hemos estado realizando una serie de diligencias que están destinadas precisamente a establecer la participación de cada uno de los imputados con las complejidades que eso significa en un contexto de criminalidad transnacional y criminalidad transnacional organizada, vinculada principalmente al Tren de Aragua en este caso y que ha estado cometiendo distintos delitos como el de secuestro”.

En esa misma línea, el abogado querellante que representa a la esposa de Ojeda, Juan Carlos Manríquez, indicó que “salgo de esta audiencia convencido que este fue un crimen por encargo. Quién y por qué lo encargó, es una respuesta que las víctimas, Chile y el mundo claman y necesitan pronto”.

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