La ‘Nostradamus de los Balcanes’ parece que ha vuelto a acertar o al menos eso indican muchos analistas. Se trata de Baba Vanga, una clarividente a quien muchos sitúan a la altura del francés Nostradamus gracias a profecías tan famosas como la que auguró el atentado de las Torres Gemelas de Nueva York o el tsunami de 2004.

De sus cerca de cincuenta años viendo el futuro, las profecías que lanzó para 2024 son:

  • Una crisis económica mundial.
  • Tensiones geopolíticas mundiales.
  • Aumento del poder económico en Oriente.
  • Diversos ataques cibernéticos y a redes eléctricas.
  • Ataques a instalaciones de tratamiento de agua o uso de armas biológicas.
  • Fenómenos naturales devastadores y cambio climático extremo.
  • Ataques terroristas a Europa por parte de grupos extremistas.
  • Revolucionarios avances médicos.

¿Qué se puede deducir de todo esto? Aunque muchas de sus predicciones son algo abstractas y extrapolables a diversos sucesos, algunas como la que parecía pronosticar el ataque terrorista del 11S parecen bastante certeras: «¡Horror, horror! Nuestros hermanos americanos caerán tras el ataque de dos pájaros de metal» auguró la clarividente, y añadía «los lobos aullarán desde los arbustos y brotará sangre de inocentes».

Quién fue Baba Vanga

Hay quien asegura que fue ella quien predijo que Obama sería presidente, también que en 2010 se iniciaría una «gran guerra musulmana» en Siria y no acabaría hasta 2043 o incluso que vio venir el Brexit. Así, parece normal que la gente viajara hasta Bulgaria desde países como Japón o América del Sur para visitarla y resolver su futuro, así como miembros de la familia real o gobernantes comunistas, que ya la visitaron en su juventud.

Ciega desde los 12 años por una suerte de tornado que asoló su zona, la vidente búlgara del siglo XX aseguró que se le había concedido el don de interpretar el pasado y conocer el futuro. Desde entonces, muchos han sido los que han acudido a ella hasta que falleció en 1996. Tras su muerte, aún quedan muchas predicciones que demostrar, como la del fin del mundo para los años 5078 y 5079, o el fin de esa guerra que comenzó en Siria y que terminará, augura, con la imposición de un califato europeo. Cincuenta años de predicciones dan para mucho, pero por ahora solo podemos hablar de aquellos acontecimientos recientes y buscar posibles similitudes.

Las profecías de Baba Vanga que se han cumplido en 2024

Si sus profecías se han cumplido o no es algo difícil de asegurar (sobre todo para quien reniega de estas creencias). Sin demasiados detalles concretos al respecto que puedan argumentar lo sucedido, la gran predicción que tiene tensos a muchos analistas es la que habla de una «gran guerra musulmana», lo que muchos creen que se traduce en el conflicto entre Israel y Hamás. Sea como sea, este conflicto lleva vivo desde años atrás y aún continúa, por lo que es fácil acertar si pronosticas a grandes rasgos. ¿Un posible califato que gobierne Europa? De momento no está recogido en ningún programa electoral para las próximas elecciones europeas del 9 de junio.

Otra de las profecías que muchos aseguran ver cumplida es la que habla de tensiones geopolíticas. Lo cierto es que este 2024 existen varios frentes abiertos –Rusia contra Ucrania, Israel contra Palestina- pero siempre los ha habido, el augurio sobre las tensiones geopolíticas sirve para cualquier año. Lo mismo pasa con el cambio climático, algo que lleva siendo un hecho desolador desde hace años y que muchos científicos ya vaticinaron y siguen hablándonos del futuro que nos espera al igual que hizo Baba Vanga con sus profecías, pero con métodos creíbles y demostrables.

Pero si tenemos que quedarnos con una profecía que el mundo desearía ver cumplida es con la que respecta a diversos avances médicos. Los avances para encontrar la cura contra el cáncer de pulmón, enfermedades como el alzheimer y otras afecciones graves parecen estar avanzando a grandes pasos este año. El pasado año nos dejaba grandes avances médicos que depositan esperanza en este 2024: Estados Unidos aprobaba el primer fármaco para tratar el alzheimer, se detectaba la proteína clave que podría «frenar en seco» el cáncer de pulmón y la Inteligencia Artificial empezaba a ayudar los médicos para diagnosticar enfermedades graves.

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