Venezuela se prepara para la celebración de las elecciones a la Presidencia el próximo 28 de julio en medio de la expectativa frente a las políticas de la nueva Administración para salir del laberinto de la crisis, así como por el futuro de las sanciones económicas impuestas por EE.UU. y la administración de los millonarios recursos petroleros.

En caso de la victoria de la oposición “habría un aumento de la confianza en Venezuela y se podría esperar un crecimiento en la inversión y en el consumo por mejores expectativas futuras”, dijo a Bloomberg Línea el catedrático del Observatorio de Política y Economía Latinoamericanas de la española IE University, Germán Ríos.

Asimismo, proyecta un incremento en el valor de los activos, especialmente inmuebles, pero también en activos financieros como acciones en el mercado de valores local y títulos de deuda venezolanos en el exterior.

Las proyecciones de organismos como el FMI apuntan a que la economía venezolana crecería este año un 4%, por encima del promedio regional de Latinoamérica del 2%, pero ese organismo reconoce que “estas proyecciones están rodeadas de una gran incertidumbre” y un vocero de la entidad indicó que “este aumento parte de una base muy baja”.

La política monetaria deberá tener un rol protagónico para suavizar la transición económica, buscando un objetivo inflacionario explícito, con flotación cambiaria y sin controles a los movimientos transnacionales de capital, salvo los consistentes con políticas macroprudenciales que persigan la estabilidad del sistema financiero. En un sistema bimonetario, el Estado venezolano necesitará recuperar la confianza del público en el bolívar y anclar las expectativas en el objetivo inflacionario, dijo el profesor de Macroeconomía de la Universidad del Rosario, Roberto Pérez.

/