Las ventas minoristas en Estados Unidos repuntaron con fuerza en enero, tras dos bajas mensuales consecutivas, impulsadas por las compras de vehículos de motor y de otros bienes, lo que apunta a la continua resistencia de la economía a pesar de los mayores costos de los préstamos.

Los economistas encuestados por Reuters habían pronosticado un aumento de las ventas del 1,8%, con estimaciones que oscilaban entre el 0,5% y el 3,0%. Algunos advirtieron de que no había que darle demasiada importancia a una expansión.

La caída de las ventas en los dos meses anteriores se achacó a la anticipación de las compras navideñas, que, según los economistas, no se habían tenido plenamente en cuenta en el modelo que usa el gobierno para eliminar las fluctuaciones estacionales de los datos.

Los llamados factores de ajuste estacional probablemente modificaron las ventas al por menor en enero. El espectacular crecimiento del empleo en enero se atribuyó en parte a las mismas causas.

“La conclusión es que la tendencia subyacente del consumo no es tan débil como indicaban las cifras de diciembre, pero tampoco es tan fuerte como podrían sugerir las cifras de enero”, declaró Lou Crandall, economista jefe de Wrightson ICAP.

Mayor gasto

Las ventas al por menor son principalmente de bienes y no se ajustan a la inflación. También se vieron favorecidas por el alza en los precios de la gasolina, que infló los ingresos en las estaciones de servicio. Pero incluso teniendo en cuenta las distorsiones técnicas, los estadounidenses siguen gastando.

El Instituto Bank of America informó la semana pasada de un aumento del gasto en enero, basado en un análisis de los datos de las tarjetas de crédito y débito del banco.

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