Una producción propia de 1.445.662 toneladas métricas finas (tmf), excedentes por US$2.746 millones y una generación de caja (Ebitda) de US$5.565 millones, reportó la Corporación Nacional del Cobre (Codelco) al cierre de 2022.

Según la estatal, la producción registró una caída de 10,7% respecto al año anterior, debido principalmente a una menor ley del mineral en la División Ministro Hales, por el cambio del plan de explotación,a lo que se suman la menor ley del mineral, la reducción de la actividad y una caída en la recuperación de las plantas concentradoras en las divisiones Chuquicamata y El Teniente; además de una menor continuidad operacional de las fundiciones y refinerías.

«Ha sido un año complejo en términos de producción, costos y generación de excedentes, que nos ha desafiado a buscar caminos para mejorar nuestro desempeño futuro. Ya a fines de diciembre definimos un plan de austeridad para el período 2023-2027, y solicitamos a todas las vicepresidencias y divisiones planes de contención de gastos, revisión de los proyectos de inversión y de desarrollo minero», dijo André Sougarret, presidente ejecutivo de Codelco.

Un tema que impactó a toda la industria, aseguró Sougarret, fue el aumento de los costos. En el caso de Codelco, el costo directo (C1) escaló a 165,4 centavos de dólar por libra (c/lb), con un incremento de 24,6% comparado con el año previo, explicado por la menor producción de cobre y subproductos, y el mayor precio de los insumos.

Mientras que el costo neto a cátodo (C3) alcanzó los 282,5 c/lb, con un alza de 22,5% por las mismas razones del alza del costo directo, compensado en forma parcial por menores gastos no operacionales.

Los excedentes alcanzaron US$ 2.746 millones -lo que representa una retroceso de 62,9% al comparar con 2021-, mientras el Ebitda fue de US$ 5.565 millones y un margen de 33%. Estos resultados se explican por los mismos factores anteriores, a los que se suman la caída de 13,8% en el precio de realización de ventas de cobre y el menor resultado de filiales.

Avance de los proyectos estructurales

En el período se completaron las obras de la inversión de la mina subterránea de Chuquicamata, que ya está en operaciones desde 2019; mientras que la primera fase de la infraestructura de continuidad del Nivel 1 alcanzó un avance de 32,2%. Durante 2023 se autorizarán fondos para avanzar en la segunda fase.

En la Cartera de Proyectos Teniente, Andes Norte alcanzó 77,6% de avance; mientras que las obras tempranas de Andesita ya finalizaron y en Diamante llegaron a 99,9%, en tanto que la ejecución de ambas iniciativas alcanzó 18,8% y 25,8%, respectivamente. Traspaso Andina alcanzó un avance total de 98,5%, con la línea de chancado primario en operación.

En Rajo Inca se alcanzó un avance de 42,6%, con un significativo retraso en las obras de prestripping por el incumplimiento del contratista de movimiento de tierra y el cambio de la estrategia de construcción.

«Nuestro foco es resolver los desafíos de los proyectos estructurales. Ellos están siendo revisados, estamos definiendo mejor los roles y responsabilidades, reforzaremos los equipos para que resuelvan eficientemente los desafíos constructivos y preparar su puesta en marcha. Gestionaremos, además, el entorno cada vez más complejo en torno a la logística y los precios de los insumos. Queremos cumplir al final de la década la promesa de darle 50 años más de vida a las operaciones y de recuperar una producción de 1,7 millones de toneladas, incluyendo nuestra participación en El Abra y Anglo American Sur», aseguró Sougarret.

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