La trayectoria de la inflación se ha transformado en una de las variables más complejas de los últimos dos años para la autoridad económica. Para una generación completa de chilenos poco acostumbradas a las espirales inflacionarias, las alzas de precios anualizadas en dos dígitos fueron sorpresivas y un “dolor de cabeza” que aún se mantiene vigente.

Este impacto ha tocado de forma más virulenta a la llamada Canasta Básica Alimentaria (CBA), la que está compuesta por una serie de alimentos que permiten cubrir los requerimientos calóricos y proteicos de una persona con actividad moderada y que es clave para diversos subsidios y aportes que entrega el Estado a familias vulnerables e incluso es un ingrediente más para la negociación por salario mínimo.

La Canasta Básica de Alimentos, entre otras cosas, incluye en distintas cantidades carnes, frutas, verduras, hortalizas, pan, leche, fideos, arroz y bebidas no alcohólicas y alcohólicas.

De acuerdo con los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de diciembre aumentó 0,8% mensual, con lo que la variación en doce meses llegó a 12,3%. El indicador mensual estuvo por arriba de las expectativas de 0,5% que esperaba el mercado local.

A partir de este dato y de acuerdo a un estudio que realiza el Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales (Clapes UC) todos los meses, la variación mensual de los productos contenido en la canasta básica en enero de 2023 se ubicaría entre 0,8% y 1,3% (estimación central 1,1%).

“A su vez, considerando la estimación anterior, se puede concluir que el valor de la CBA subió desde $64.407 en diciembre de 2022 hasta un rango entre $64.922 y $65.244 en enero de 2023. Por último, se estima que el aumento anual de la CBA para el mes de enero se habría ubicado entre 27,3% y 28,0%”, afirma la investigación del centro de estudios de la Universidad Católica.

El reporte de Clapes UC agrega que, a nivel de productos, en enero destacaron las alzas en el precio del limón, la manzana y leche en polvo y lechuga, mientras que las mayores bajas se registraron en el precio del plátano, zapallo, cebolla, carne de pavo molida y chocolate (ver gráfico).

Desaceleración inflacionaria

Para Alberto Belmar, investigador Clapes UC, la variación interanual de la canasta básica en enero no es una sorpresa si se considera que en diciembre pasado esta variación fue de 28,2%.

El último informe del Ministerio de Desarrollo social para el cierre de 2022, reveló que la canasta básica llegó a un costo de $64.407, lo que signifió un alza de $14.170 en todo el año.

“La cifra para enero es coherente con nuestros pronósticos de desaceleraciones tanto mensuales como interanuales de este y los próximos meses. Lo anterior sigue la línea de la tendencia a la baja de la variación mensual que la división de Alimentos y Bebidas no Alcohólicas del IPC general presentó en diciembre de 2022 y enero de este año”, explica el investigador.

Belmar reafirma que la expectativa para los próximos meses es una continuación de la desaceleración tanto mensual como interanual de la canasta básica.

“Es importante destacar que esto será válido siempre que se mantenga la convergencia hacia la meta propuesta para este año por el Banco Central (para 2023 el instituto emisor proyecta un IPC promedio de 6,6% y de 3,7% para diciembre próximo) y no ocurra algún shock internacional de envergadura que altere esta trayectoria. Dado que tanto el Banco Central como el mercado contemplan un escenario en el que la inflación de este año cierra en torno al 4% y 5%, esperamos que la brecha que existe respecto a la inflación interanual de la CBA no aumente”, concluye el académico del centro de estudios de la Universidad Católica.

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