Fueron más de tres horas en que el exalcalde de Vitacura, Raúl Torrealba, acompañado de sus abogados, estuvo declarando ante el fiscal jefe Francisco Jacir el primero de febrero pasado. Por esos días el nombre del exjefe comunal llenaba páginas policiales debido a la investigación que se sigue en su contra por supuestos millonarios desvíos de recursos fiscales hacía sus arcas personales. Ese día y después de dos años decidió renunciar a su derecho a guardar silencio y entregar su versión de los depósitos en sus cuentas, muchos de ellos en efectivo. A dos meses de esa diligencia, el interrogatorio del principal imputado del caso sigue bajo reserva. De hecho hace algunos días el Ministerio Público renovó el secreto de esta pieza del expediente, algo que le permite hacer la Ley de Lavado de Activos, uno de los delitos por los que se indaga al exRN.
La investigación, que comenzó tras una denuncia realizada por la nueva alcaldesa de Vitacura, Camila Merino (Evópoli), en julio de 2021, abrió la caja negra de las corporaciones Vita, de cuyas operaciones y manejos de dineros públicos muy pocos tenían conocimiento. Una de las rutas que indaga la policía es el origen y el fin de dineros que se les entregaba en sobres en efectivo a Torrealba y que luego eran depositados en sus cuentas bancarias, según otros imputados y testigos, cuyas declaraciones están en el expediente.
La ex ministra del Trabajo de Sebastián Piñera supo de esto cuando Domingo Prieto, el amigo y hombre cercano del ex alcalde Raúl Torrealba (ex RN), se acercó a su despacho -a solo semanas de que asumiera como jefa del municipio- para confesarle cómo funcionaba este presunto mecanismo que operaba desde hace más de una década. En esa reunión, Prieto le reveló que ese dinero tenía como destino final las cuentas corrientes de Torrealba y su sobrina Antonia Larraín, quien ejercía como directora de Desarrollo Comunitario de la municipalidad.
La Brigada de Lavado de Activos (Brilac) de la PDI analizó las cuatro cuentas bancarias del histórico ex militante de Renovación Nacional. En ellas se detectaron varios ingresos en billetes realizados por dos choferes de la Municipalidad de Vitacura durante 10 años. Una de las conclusiones de este peritaje es que entre las cuatro cuentas corrientes de Torrealba existen depósitos en efectivo por $527.000.000 entre 2011 y 2021. Si bien los bancos aún no han entregado la totalidad de la información, en las operaciones en las que existe registros las gestiones eran realizadas por Luis Jara Gallardo y Ulises Quintana Castro, ambos conductores destinados en el gabinete del ex alcalde.
Una de las versiones que habría entregado el exjefe comunal ante el fiscal es que en esa cifra se incluyen dos depósitos en efectivo que sumados dan un total de $312.191.385 que estarían justificados por la venta del departamento en que Torrealba residía junto a su familia en Vitacura. Según consta en el Conservador de Bienes Raíces de Santiago, en agosto de 2015 Torrealba y su esposa vendieron la propiedad, más una bodega y cuatro estacionamientos por $564.933.225.
El alzamiento del secreto bancario
La primera cuenta analizada es la que mantiene en el Scotiabank. Durante los 10 años analizados, el ex jefe comunal registró en esta cuenta depósitos en efectivo por $49.920.000. Los años 2019 y 2020 fueron los de mayores ingresos: $6.300.000 y $6.700.000, respectivamente, según el informe reservado de la PDI.
Además registra este tipo de movimientos en su cuenta del banco Itaú Corpbanca. Allí, se materializaron 54 depósitos en efectivo, los que totalizaron $86.687.143 entre 2011 y 2021. Al menos 10 de ellos, según la policía, fueron ejecutados por su chofer, Luis Jara Gallardo. La mayor operación corresponde a un abono en billetes por $56.902.143, que estaría relacionada a la venta de un inmueble en Vitacura.
Esta actividad bancaria fue confirmada por el ex conductor de la municipalidad cuando declaró ante la fiscalía el 31 de agosto de 2021. “El alcalde Torrealba me pasaba dinero en efectivo para que yo le depositara el dinero en sus cuentas bancarias personales que él tenía en el banco Santander, De Chile, Itaú y en el Scotiabank”, confesó Jara, quien detalló que las sumas de dinero eran variables, entre $500.000 y $1.000.000.
La tercera cuenta analizada fue la del banco Santander. Ahí la Brilac detectó depósitos por $22.700.000 en efectivo, pero no lograron determinar la identidad de las personas que los realizaron en las sucursales ante la falta de registro de los documentos bancarios.
A pesar de ello, a los detectives de la PDI les llamó la atención una de las operaciones en esta institución, en la que se habría “fraccionado” el ingreso de los dineros. En el informe indican que el 15 de enero de 2020 se habrían realizado cinco depósitos en efectivo seguidos en un cajero automático en la misma sucursal de Nueva Costanera, a pasos de la municipalidad, de $1.000.000 cada uno. “Algo sospechoso desde el punto de vista de indicios en materia de investigación de delitos de Lavado de Activos”, indica el informe policial.
Desde el entorno de Raúl Torrealba expresaron que por ningún motivo se trata de una acción vinculada a lavado de activos y que se explicaría porque la persona que hizo los depósitos se encontró con el banco cerrado, por lo que tuvo que realizarlo por un cajero automático.
La última cuenta analizada correspondió a la del Banco de Chile, la que durante 10 años tuvo movimientos bancarios por un total de $2.300 millones. Allí es donde se registraron los depósitos más abultados entre las cuatro instituciones analizadas. Allí, el ex alcalde Torrealba ingresó mediante 119 abonos en efectivo $371.700.242 durante 10 años.
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