Las autoridades de El Salvador elevaron a 12 la cifra de muertos en una estampida que ocurrió el sábado por la noche en el estadio de fútbol Cuscatlán, en San Salvador.
«La cifra de fallecidos ha aumentado a 12, luego de la estampida en el estadio Cuscatlán durante el partido entre los clubes de fútbol Alianza y FAS», tuiteó la Secretaría de Prensa de la Presidencia.
Más temprano se informó de al menos 9 víctimas mortales y más de 20 heridos graves.
El diario El Mundo, que cita a los cuerpos de socorro, escribe que casi 100 personas fueron trasladadas a diferentes hospitales.
El ministro de Salud salvadoreño, Francisco Alabi, precisó a su vez que los hospitales están «atendiendo a cerca de 90 pacientes», entre ellos menores de edad, en su mayoría con múltiples traumatismos.
«La mayoría de ellos se encuentran estables y al momento no reportamos muertes intrahospitalarias», tuiteó.
Mientras, el titular de Gobernación de El Salvador, Juan Carlos Bidegain, mencionó en una rueda de prensa a «cientos de lesionados» y dijo que muchas personas impidieron el paso a socorristas.
«Tenemos información que lanzaron piedras a nuestros socorristas, bomberos, policías y personal médico, lo que puso en peligro a las personas que eran trasladadas a centros asistenciales», declaró.
Bidegain reconoció que no había un riguroso control sobre la venta de entradas al estadio.
«Es repudiable que las personas encargadas de estos escenarios, de la venta de boletos no tengan el control estricto», enfatizó.
Según la Policía, la estampida en una de las entradas del estadio fue provocada por aficionados que trataron de entrar a ver el partido.
La oficina de prensa de la presidencia de El Salvador declaró que la estampida se debió a la venta de entradas falsas: los aficionados frustrados intentaron entrar por la fuerza en las gradas.
El director general del Sistema Nacional de Protección Civil, Luis Amaya, explicó en una conferencia de prensa que la estampida comenzó en el sector sol general del estadio Cuscatlán a causa de la sobreventa de boletos, lo cual ha dejado 500 personas afectadas.
El funcionario destacó la rápida reacción del equipo táctico de protección civil, los bomberos y cuerpos de socorro, que “han atendido de manera oportuna esta emergencia, habiendo trasladado a las personas lesionadas a centros médicos y brindando atención prehospitalaria a quienes lo requirieron».
Al mismo tiempo, el diario El Salvador, citando a testigos presenciales, informó que la Policía utilizó gases lacrimógenos contra los aficionados antes de los trágicos sucesos.
El fiscal general de El Salvador, Rodolfo Delgado, anunció que su oficina, junto con la Policía Nacional, «están ejecutando las diligencias necesarias para deducir responsabilidades».
Las investigaciones incluyen la actuación de la empresa operadora del estadio Cuscatlán, EDESSA, y las dirigencias de los clubes involucrados, precisó Delgado en su cuenta de Twitter.
Por su parte, el Instituto Nacional de los Deportes de El Salvador (Indes) va a celebrar una reunión extraordinaria de su Comité Directivo a primera hora de este domingo para analizar las medidas a tomar tras la tragedia. Así lo comunicó Yamil Bukele, presidente ad honórem de la entidad y hermano del mandatario salvadoreño.
El presidente Nayib Bukele aseguró que la Policía Nacional y la Fiscalía General de la República «realizarán una investigación exhaustiva de los hechos ocurridos en el Estadio Cuscatlán».
«Todos serán investigados: equipos, directivos, estadio, boletería, liga, federación, etc. Sean quiénes sean los culpables, no quedarán en la impunidad», prometió el mandatario en su cuenta de Twitter.
El director de la Policía Nacional Civil (PNC), Mauricio Arriaza Chicas, aseveró que ya está en curso una investigación junto a la Fiscalía General de la República (FGR) para establecer responsabilidades luego de conocerse las denuncias de la sobreventa de boletos.
En el estadio Cuscatlán se definía en la noche del sábado el partido de las semifinales del torneo local de fútbol entre los equipos Alianza FC, de la capital, y el FAS, de la occidental ciudad de Santa Ana, dos de los más populares de El Salvador. (Sputnik).
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