Con sorpresa fue tomado al interior de los bancos la decisión del Banco Central (BC) de activar, por primera vez, el requerimiento de capital contracíclico (RCC), una decisión que fue tomada de forma unánime por el Consejo y que obligaría a los bancos del país a constituir unos US$1.500 millones en capital adicional.

Según comunicó el instituto emisor, “el Consejo ha activado el RCC como una medida precautoria ante la mayor incertidumbre externa”, esto pues, si bien “el escenario macroeconómico ha evolucionado en línea con lo previsto, ha aumentado el riesgo de ocurrencia de un shock externo severo. Aunque su probabilidad es baja, su efecto negativo en la economía sería significativo. En dicha circunstancia, la liberación del RCC previamente constituido ayudará a mitigar los impactos respecto de la evolución del crédito a hogares y empresas”.

Por ello, el BC decidió que los bancos del país deberán constituir mayor capital por el 0,5% de los activos ponderados por riesgo, exigible en el plazo de un año, lo que implicará mayores recursos por US$1.548 millones, según señalan fuentes de la industria en reserva. El instituto emisor no estimó una cifra en su comunicado.

“El requerimiento consiste en la acumulación de un ‘colchón’ (buffer) de capital para que esté disponible frente a escenarios de estrés severos. En ese caso, se libera este colchón y, con ese margen adicional, se mitigan los impactos negativos de una abrupta restricción de servicios esenciales, como la oferta de crédito”, dice el BC en un documento sobre preguntas y respuestas respecto del RCC.

Esta medida tendría efectos sobre la economía. Luis Opazo, gerente general de la Asociación de Bancos (ABIF), señaló que “la activación del buffer no lo vemos coherente con el diagnóstico ni con el objetivo de este instrumento. En concreto, se mencionan elementos de incertidumbre externa, pero a la vez se destaca la solidez del sistema financiero chileno, tema que fue reiteradamente resaltado por nuestras autoridades frente a las tensiones en el sistema financiero internacional de los últimos meses”.

En el ámbito local, el instituto emisor dijo en su comunicado que “la dinámica de las colocaciones no muestra desalineamientos en relación con el crecimiento de la economía. Esto en un contexto en que la Encuesta de Crédito Bancario del primer trimestre muestra una menor demanda y mayores restricciones a la oferta, esto último por una mayor percepción de riesgo”.

En reserva, desde la banca señalan que esta medida implicará menos créditos, en un momento en que la contracción del crédito ya ha sido importante, y al mismo tiempo se traducirá en créditos más caros. Así las cosas, calculan que implicará que los controladores inyecten US$1.500 millones. O que se presten US$15.000 millones menos.

Sergio Lehmann, economista jefe de BCI, sostiene que la decisión “obliga a los bancos a reducir colocaciones. Es contractivo para la economía”, pues las instituciones financieras del país “se verán obligadas a reducir la dinámica del crédito”.

Martina Ogaz, economista de EuroAmerica, señala que “es la primera vez que se aplica este mecanismo y se está haciendo como medida preventiva. De todas maneras, es una señal de preocupación sobre las condiciones financieras externas que podrían deteriorarse aún más, lo cual en definitiva aumenta las expectativas de recesión en EE.UU y como consecuencia su impacto a nivel local podría deteriorar nuestro escenario económico local”, aunque comenta que el crédito en el país ya se está contrayendo “por nuestras propias condiciones económicas actuales. La aplicación de esta medida podría deteriorar algo más el crédito y hacerlo aún más restrictivo por esta señal”.

En tanto, Ewald Stark, analista senior de BICE Inversiones, comenta que “actualmente los bancos bajo nuestra cobertura (principales bancos que transan en bolsa) todos cumplen holgadamente sus ratios de capital. Es decir, este nuevo requerimiento lo pueden satisfacer con el capital ya disponible que poseen en su balance”.

Para marzo de este año, según informa la Comisión para el Mercado Financiero, las colocaciones de la industria caen 2,55% en 12 meses y los créditos a empresas se desploman 4,48%.

El escenario

La decisión de activar el capital contracíclico se adoptó en la segunda reunión de política financiera que realiza en su historia, un análisis que se lleva a cabo cada seis meses y que inauguró en noviembre de 2022. Además, se concretó el día previo a la publicación del Informe de Estabilidad Financiera (IEF), que se publica este miércoles.

Según estableció la última reforma a la Ley General de Bancos, el capital contracíclico tiene una lógica preventiva, es decir, se activa cuando las condiciones financieras y la situación de los bancos lo permiten, por lo que se la considera una medida macroprudencial. El RCC , además, puede ser activado en un monto entre 0 y 2,5% de los activos ponderados por riesgo de cada institución bancaria.

En el sistema bancario la decisión causó sorpresa, pues la activación de mayores requerimientos regulatorios implicará una menos disponibilidad del crédito, esto en un contexto económico donde la inflación está cediendo, el desempleo se está incrementando y la actividad económica aún no termina de recuperarse.

Según el comunicado del BC, la decisión se toma en base a que el actual contexto externo presenta un “deterioro de las condiciones financieras desde fines del año pasado, lo que ha elevado la incertidumbre sobre su evolución futura. Los episodios de tensión bancaria de inicios de año dejaron de manifiesto debilidades de regulación, supervisión y gestión de riesgos en las entidades afectadas. Si bien la reacción de las autoridades ha contenido dichas turbulencias, persisten dudas en el mercado respecto del sistema financiero en las economías desarrolladas”.

En esa línea, el BC apuntó que en cuanto al crédito, en la Eurozona y EEUU, “se observan mayores restricciones en la oferta, con una demanda más debilitada en ambas jurisdicciones. Todo esto ocurre en un escenario donde la fuerte alza de la inflación llevó al término de un largo período de bajas tasas de interés y elevada liquidez. Los riesgos todavía presentes para la convergencia inflacionaria mantienen las dudas sobre por cuánto tiempo se extenderá el tono contractivo de la política monetaria en las principales economías”.

Para la decisión, además el consejo del BC consideró el actual nivel de capitalización de la industria, y “las holguras disponibles de la banca, el nivel de cargo de RCC y el plazo definido para enterarlo, su activación tendrá efectos acotados y transitorios en la evolución del crédito. Además, la implementación del RCC se enmarca en un contexto donde es necesario que todos los actores de la economía sigan recomponiendo sus capacidades para enfrentar posibles eventos adversos”.

A nivel industria, uno de los aspectos que causó ruido fue el diagnóstico del actual nivel de capital. Y es que en el comunicado el BC señala que “las pruebas de tensión del sistema bancario, que se presentan en el Informe de Estabilidad Financiera dan cuenta de la solvencia de la banca. Esta se encuentra con un nivel de provisiones y capital suficiente para enfrentar un escenario de tensión severo”. Ello, entre los bancos privados del país, no se condice con el requerimiento adicional exigido.

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