Son 25 en total y forman parte de las cúpulas de una industria bajo amenaza y riesgo desde hace más de un año. Los directorios de las seis isapres principales reúnen a 25 personas en total: 22 hombres y tres mujeres, muchos ingenieros, varios abogados, y algunos, ejecutivos de las matrices y los holdings que controlan esas isapres. En total, hay 17 chilenos y ocho extranjeros. El cuerpo colegiado más numeroso es el de Colmena, con siete integrantes, y el que tiene menos es Nueva Masvida, con solo tres miembros. Todas las otras tienen cinco directores cada una: Consalud, Cruz Blanca, Banmédica y Vida Tres. Pero estas dos últimas forman parte del mismo grupo y sus integrantes se repiten.
Estos directorios han estado en permanente tensión e incertidumbre desde hace ya tiempo. Primero fue la pandemia: un 2020 positivo, ya que el enclaustramiento impidió el uso masivo de los servicios de salud, pero con cotizaciones que siguieron pagándose; y un 2021 para el olvido, por lo mismo: los afiliados volvieron en masa a los prestadores por atenciones y controles pendientes y las aseguradoras debieron financiar esa actividad multiplicada.
Ese panorama se repitió en 2022, con un alza de costos que no se detuvo, licencias mediante, y sumó nuevas incertidumbres. Dos fallos judiciales cambiaron todo para las isapres: uno limitó las alzas de los precios de los planes, conteniendo los ingresos totales; y otro forzó a devolver a los afiliados cobros en exceso que, según determinó la Corte Suprema, se hicieron por no haber adecuado los planes de todos los afiliados a la tabla de factores que corrige las inequidades en el cobro a hombres y mujeres. Una tercera amenaza se suma: los cobros GES.
Con todo ello han debido lidiar los directorios de las seis isapres en riesgo. Una séptima, Esencial, de Grupo Alemana, está excluida del peligro sistémico: fue creada recién, tiene sólo 10 mil afiliados y sus planes ya están ajustados a la nueva tabla de factores. Todas las otras suman casi 1,8 millones de cotizantes activos a abril y 2,9 millones de beneficiarios totales. Al cierre de 2021, eran 3,3 millones.
La incertidumbre ha forzado a numerosas reuniones extraordinarias y a buscar asesoría legal permanente. Los grupos de WhatsApp que tienen los directores cada vez tienen más notificaciones. Por ejemplo, los intercambios se dispararon cuando la autoridad calculó que la aplicación del fallo de la Suprema forzaría a la devolución de US$ 1.400 millones a los afiliados. O cuando la ministra de la Tercera Sala de la Corte Suprema, Ángela Vivanco, dijo en La Tercera que “los excedentes que las isapres tienen que devolver son a quienes demandaron”. O cuando la Suprema rechazó esa interpretación cinco días después. Todos esos vuelcos los directores los han comunicado de inmediato a sus controladores.
Las isapres han estado en tensión permanente y como industria tienen una sola voz a través de la Asociación de Isapres, gremio que reúne a gerentes y directores de las seis empresas. Las isapres entre sí no se comunican, dice un director de una de ellas que recalca que son cuidadosos al máximo de ser acusados de alguna coordinación impropia. En la asociación tienen los mismos resguardos. Los directores de la asociación -un representante de cada isapre- no tienen un chat común y algunos ni siquiera tienen el contacto telefónico de sus pares. Tienen prohibido discutir sobre precios o estrategias comerciales, pero sí lo hacen con los cambios legales, algo que cruza a todos. Su presidente, Gonzalo Simón, ha debido asistir dos veces por semana al Congreso últimamente. Si en la asociación las sesiones eran mensuales el año pasado, este año el directorio se reúne hoy todos los lunes y a veces hasta dos veces en la misma semana. Sus decisiones suelen ser unánimes. La asociación tiene un fiscal y todas las semanas, además, se reúne en un comité con sus pares de las isapres en un comité. El gremio no ha encargado informes legales ni tiene estudios de abogados externos: las isapres sí. El poder de decisión está ahí. En sus directorios. Y en sus gerencias generales, tres de las cuales han cambiado en el último año, no por la contingencia, dicen en la industria, sino por razones particulares de cada una. Casi todos los gerentes, en todo caso, tienen extensas trayectorias en el negocio de la salud (ver recuadro).
Los directorios de las isapres chilenas
Colmena es controlada por una alianza de LarrainVial con Bethia, el holding que encabeza Carlos Heller, cuya familia es accionista de Falabella. Bethia es el controlador y su directorio refleja esa estructura de propiedad, ya que elige a cuatro de los siete directores: el presidente, el argentino Ramiro Sánchez, gerente general de Bethia; Gonzalo Rojas, director de Bethia; Rodrigo Veloso, fiscal corporativo de Bethia; y Ana Soledad Bull, gerente tributaria de Bethia. Veloso no es el único abogado que integra la mesa. El otro es Luis Fernando Mackenna Dorr, socio de Mackenna, Irarrázaval, Cuchacovich & Paz, MICP Legal, desde 2013, accionista de la isapre. Su estudio fue el que encabezó en julio de 2022 la cuestionada estrategia legal de demandar a los usuarios que habían iniciado litigios por las alzas unilaterales de planes. Pablo Trucco es otro de los directores accionistas. Todos ellos están desde 2016. El último entró en agosto como titular, aunque era suplente: Bernardo Simián, socio de Barros Errázuriz desde hace 24 años, también director de Aguas Andinas, reemplazó a Felipe Porzio, de Larrain Vial. El directorio recibe una remuneración fija: $ 235 millones en 2022 y $ 208 millones en 2021. La firma tiene 673.674 beneficiarios.
La otra isapre de propiedad local es Consalud, controlada por Inversiones La Construcción (ILC), brazo de inversiones de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), el que tiene un amplio abanico de inversiones, entre otras la red de prestadores Red Salud. En su directorio están Pedro Grau, del grupo constructor Empresas Grau, quien preside la aseguradora; Jaime Silva, director de empresas y consejero de la Cámara; Juan Carlos Délano, exsocio de Moneda Asset; Patrick Muzard, quien ha sido gerente y director de empresas como AFP Habitat, Turismo Cocha, Sodexo y Citi; y Paulina Aguad, kinesióloga, exdirectora de la asociación de clínicas privadas y fundadora de Clínica Colonial. La isapre tiene 570 mil afiliados.
En el caso de las isapres chilenas, los directorios tienen controladores cerca, algunos de los cuales se informan directamente en sus directorios. La discusión aquí ha sido intensa y con foco en lo legal, donde el fallo de la Suprema ocasionó un terremoto que tiene a las empresas al borde de la quiebra. “Lo que hizo la Suprema fue dictar una ley con forma de fallo”, interpreta un director de una isapre local que describe lo que viven las empresas como un escenario distópico y advierte los efectos funestos de la ley corta que se discute en el Congreso. “Si se aprueba como está, a los días siguientes tendremos que pedir la intervención de la Superintendencia”, afirma.
En 2022, ILC realizó aumentos de capital en Consalud por un total de $26 mil millones. Y según muchos en la industria, los constructores no están dispuestos a poner más dinero. En 2021 lideró las pérdidas, con $78.912 millones.
Las isapres “extranjeras”
De las seis isapres, cuatro están controladas por accionistas extranjeros. United Health Group tiene dos: Banmédica y Vida Tres; la inglesa Bupa controla Cruz Blanca y Nueva Masvida es propiedad del holding Nexus. En todas ellas predominan ejecutivos de sus matrices. Y es donde más extranjeros hay.
En Cruz Blanca, cuatro de los cinco directores son extranjeros. El único local es su presidente, Andrés Errázuriz Ruiz-Tagle, quien fue director de AGF Sura hasta 2017, y asumió la presidencia de la isapre el año pasado tras la salida de Raúl Valenzuela Searle. Los restantes son ejecutivos del grupo, principalmente ligados a Sanitas: Francisco Manuel Amutio García, Ine Snater, Joaquín Chamorro y Jesús Gómez del Río. Los españoles han sido los que han encabezado la isapre desde hace tiempo. Cruz Blanca es controlada por Bupa, y en 2022 tomó una decisión drástica: eliminó su fuerza de ventas.
El grupo Banmédica fue adquirido por la estadounidense United Health en 2018 y tiene dos brazos para segmentos distintos: Banmédica, dice una persona ligada al grupo, compite con Cruz Blanca y Colmena; Banmédica lo hace ahora con Esencial por las altas rentas. Las dos tienen directorios de cinco miembros cuyos integrantes se repiten. De ellos, tres directores, incluido su presidente, son ejecutivos del grupo controlador, todos extranjeros. Su presidente, Santiago Salazar Sierra, es el CEO de Seguros Banmédica para Colombia, Perú y Chile; Joseph Colletti es el CFO de la holding; y el peruano Guillermo Garrido Lecca está en 12 directorios del grupo: las dos isapres, Help Seguros de Vida, Colmédica Medicina Prepagada en Colombia y ocho entidades en Perú, entre ellas, tres clínicas y dos laboratorios.
Los otros dos directores son externos y, en este caso, son los únicos que reciben remuneración. El primero es Félix de Vicente, exministro de Economía en el primer gobierno de Sebastián Piñera, entre 2013 y 2014. De Vicente es empresario y es también director de Banco Santander. El segundo director es Pablo Correa, execonomista jefe del Santander y vicepresidente de BancoEstado en el segundo gobierno de Piñera. En el gobierno de Ricardo Lagos fue asesor de mercado de capitales y finanzas internacionales del Ministerio de Hacienda. Pablo Correa se sumó a las isapres en abril de 2022 e integra el comité de riesgos. Ambos recibieron $ 67 millones, en conjunto, en 2022.
La última es Nueva Masvida, cuyos tres directores son chilenos. Su presidente, Gonzalo Arriagada, fue gerente general de Óptima por 17 años hasta 2013, y desde que Nexus ingresó a Chile, lidera el directorio. Los otros dos directores son Eduardo Sánchez, quien fue CEO de ING Chile, Argentina y Uruguay, por una década hasta 2009; y Luis Romero Strooy, gerente general de Colmena entre 2013 y 2016. Han venido bajando el número de directores: en 2020 eran cinco. A nivel local Nueva Masvida funciona con la oficina de abogados Albagli Zaliasnik, pero en paralelo también tienen otro grupo de abogados en EE.UU. preparando una eventual presentación ante el Ciadi.
“El contacto con los controladores es todas las semanas. Esto no era habitual”, dice el director de una isapre de controladores extranjeros.
Pese a ello, las decisiones diarias se toman en Chile, dice un representante de la industria. “Las administraciones locales están muy empoderadas”, opina.
En todas las isapres, la prioridad ha sido bipolar. Primero, cuidar las finanzas. “Desde diciembre que estamos permanentemente revisando la caja, para evitar problemas financieros, y ajustando costos”, dice el director de una isapre bajo control extranjero. Las firmas han reducido fuerzas de venta y han intentado reducir sucursales, algo que requiere aprobación de la autoridad y que ha sido denegado en varias ocasiones, cuentan en una isapre.
La segunda es legal. “Lo que se ha evaluado en ese tema es qué haremos si caemos en insolvencia”, dice el director de una isapre que cuenta con asesoría legal externa, como todas.
La incertidumbre legal se ha sumado al desconcierto de grupos que apostaron por el mercado local hace años. Un director comenta que deben explicar en el extranjero que, cuando los parlamentarios o el gobierno señalan que las isapres se quedaron con dinero que no les pertenecía, eso en realidad no es así. “Escuchan a gente que dice que las isapres son abusadoras, que se apropiaron de dinero, y todo eso hay que estarlo explicando y aclarando”, señala. Otro ejecutivo resume así: “Es complicado, porque la imagen país se ha deteriorado mucho”.
Gerencias con alta rotación
* CONSALUD:
Es el gerente general más antiguo de la industria, con tres años y medio en el cargo. Rodrigo Medel Samacoitz es ingeniero comercial de la Universidad Católica, pero antes fue gerente general de clínicas en Red Salud y Megasalud. También trabajó en Latam Airlines, Guallarauco y Viñas Maipo y Palo Alto.
* VIDA TRES Y BANMÉDICA:
Es el único gerente de dos isapres a la vez: el ingeniero civil industrial de la Universidad de Chile Aldo Gaggero Madrid dirige desde abril de 2021 las dos aseguradoras de la estadounidense United Health Group, pero desde 2006 está ligado al holding en distintas posiciones.
* CRUZ BLANCA:
El español Jesús Gómez del Río asumió la gerencia general el 1 de junio de 2022 en reemplazo de Andrés Guimpert, quien dejó la firma en abril tras casi 15 años. Guimpert es hoy gerente general de la automotora Guillermo Morales Ltda. Jesús Gómez del Río dirige el segmento asegurador en Bupa Chile, lleva 12 años en el grupo Sanitas y es máster en tratamiento estadístico computacional de la información de la Universidad Politécnica de Madrid.
* NUEVA MASVIDA:
Luis Romero Strooy dejó la isapre en mayo de 2022, tras casi tres años. Antes dirigió Colmena y fue superintendente de Salud en el primer gobierno de Sebastián Piñera. Ahora es director. En su reemplazo llegó Aldo Corradossi Balboni, quien hasta 2020 estuvo muy ligado al fútbol: integró el directorio de la ANFP en el período de Arturo Salah, fue tesorero y secretario general y director de Audax y del Canal del Fútbol. También es director de Macal Remates.
* COLMENA:
La única mujer del grupo y la más nueva como gerente general. Pero lleva 12 años en Colmena. Carola Schwencke asumió como interina el 14 de julio de 2012, en reemplazo de Felipe Galleguillos. El 1 de septiembre quedó como titular. Hasta entonces era gerente de salud de Colmena, por nueve años, y antes fue gerente de contraloría y estudios. Trabajó seis años en Polpaico.
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