“Esto realmente puede escalar o no, según la cantidad de dinero involucrada y las cosas que se sigan descubriendo. Ha sido muy lamentable cómo ha pasado esto. La fundación fue creada poco antes de iniciar el Gobierno, está totalmente gestionada por personas afines al Gobierno, sobre todo de Revolución Democrática; la cantidad de dinero involucrado, todavía no se determina cuánto, y si es posible recuperar ese dinero. Realmente ha sido un impacto fuerte. No hay que menospreciar lo que ha estado pasando ni pensar que pasará en unos pocos días. Esto nos seguirá acompañando por algunas semanas”.
Los años que lleva el senador socialista José Miguel Insulza en la política le dan a sus diagnósticos un tono distinto. Una experiencia que en estos días lo encuentran con un conflicto en el oficialismo: el traspaso de cientos de millones de pesos desde la Secretaría Regional Ministerial (Seremi) de Vivienda de Antofagasta a la fundación Democracia Viva, qque tienen en común a la diputada y extimonel de Revolución Democrática, Catalina Pérez: por una parte, un excolaborador de su equipo de gabinete en la entidad estatal; y por otro, su pareja, a la cabeza de la fundación.
La mañana de este viernes en ADN Hoy, Insulza hizo un análisis de lo que pasó y de lo que podría pasar: así, por ejemplo, del titular de Vivienda, Carlos Montes, su correligionario, dijo que “no lo imagino vinculado a una cosa así. Lo que podría ocurrir es que se le critique por no haber conocido el tema. No creo que haya estado enterado. Esperemos que la investigación termine con que conozcamos exactamente lo que pasó y la cantidad de dinero, sobre todo porque es el dinero de las viviendas de Chile”.
En el debate de fondo, en el de las formas y no tanto el político, el apodado “Panzer” apuntó al “muy poco control sobre este tipo de gastos (…) No hay un control suficiente sobre esto, ni siquiera en las rendiciones de cuentas, que se pueden hacer bien o se pueden hacer mal”.
En lo político, el caso reflota una entrevista que el actual ministro de Desarrollo Social y también extimonel de RD, Giorgio Jackson, dio en agosto de 2022, en la que dijo que “nuestra escala de valores y principios en torno a la política no solo dista del gobierno anterior, sino que creo que frente a una generación que nos antecedió, que podía estar identificada con el mismo rango del espectro político, como la centro izquierda y la izquierda, yo creo que estamos abordando los temas con menos eufemismo y con más franqueza”.
Algo que Insulza desestima de entrada:
“Nunca he creído en la superioridad moral o algo por el estilo. Creo que debe existir la transparencia y el control, porque nadie está inmune a que le ocurran estas cosas. Quedó de manifiesto que la superioridad moral son tonteras que se dicen fundamentalmente para tener una ventaja política. Se ha revelado que lo que falta aquí siempre es más transparencia y control. Los tiempos en los que se hacía confianza en que todo el mundo actuaría de la forma correcta y no se tenía demasiado control han pasado ya y tenemos que necesariamente fortalecer mucho el control sobre la gestión. Eso demuestra que no existen los superiores morales y necesitamos manejo más responsable de los recursos”.
Los costos que el caso podría traer, adelantó el socialista, dependerán de los resultados de las investigaciones. Pero “cuando su rasgo distinto ha sido la superioridad moral y pasan estas cosas, naturalmente es mucho más delicado, más vergonzoso”, advirtió.
¿Será una moneda de cambio para la reforma tributaria, hoy llamada “nuevo pacto fiscal”? Insulza cree que no: “Estos (la oposición) están con la reforma tributaria para cualquier lado. Está claro que tienen los votos para impedir la reforma tributaria. Eso está claro. Que no se escuden en estas cosas, que son de más envergadura y más importante (…) Si no quieren aplicarla o hacerla la reforma, tienen su derecho, sus votos, pero que lo digan no más. Que no empiecen a levantar este tema a partir de cualquier cosa porque es algo que la derecha no ha querido hacer”.
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