Un duelo de campanillas fue el que nos tenía preparada la Copa Libertadores para definir al rival de Fluminense en la Gran Final, entre Palmeiras y Boca Juniors.

Tras la igualdad sin goles que hubo en La Bombonera, la ciudad de Sao Paulo albergó un juego cargado de emociones, donde no fue hasta la definición por penales que se conoció al ganador.

Como era esperable, quien tomó la iniciativa en el Allianz Parque fue el conjunto local, quien a punta de empuje y acumulando hombres en ofensiva, buscaba tomar la ventaja que le permitiera manejar el partido con tranquilidad.

Sin embargo, fue Boca el que tuvo las acciones más claras de anotar, y en la primera de ellas, al minuto 23, fue concretada por el uruguayo Edinson Cavani, quien rompió su mala racha de 10 partidos sin anotar para abrir la cuenta en Brasil.

Tras ello, comenzó otro partido, donde Palmeiras fue desbocado al arco de Sergio Romero, cayendo por momentos en la desesperación y en el juego brusco, al cual también entraron los xeneizes, lo que en el complemento trajo consecuencias.

En el 66′, el rústico central argentino Marcos Rojo se fue expulsado por doble tarjeta amarilla, y tras cartón, otro oriental como Joaquín Piquerez (73′) remató de larga distancia, y gracias a un desvío en un defensa de Boca, descolocó a Chiquito, y puso la igualdad en el marcador por 1-1.

Luego de esto, el escenario regresó al principio, donde Palmeiras era quien dominaba las acciones y llegaba en masa a buscar el gol de la victoria, mientras que los trasandinos, con un jugador menos, se defendieron con uñas y dientes para evitar la derrota y llevar el partido a los penales, cosa que terminó por concretarse.

Desde los 12 pasos, emergió la figura de Sergio Romero, quien contuvo los penales de Raphael Veiga y el paraguayo Gustavo Gómez, permitiéndole a Boca ser efectivo en la tanda, que pese al yerro de Cavani, terminó llevándose la serie por 4-2 y el paso a la Final.

/EMG