«Una Constitución más a la derecha puede ser el detonante de un nuevo estallido social aún mayor que el de 2019». Esas son las palabras con las el presidente del PPD, senador Jaime Quintana, proyectó los destinos del ánimo social si es que se aprueba el texto elaborado por el Consejo Constitucional.

En entrevista con La Tercera, Quintana planteó que se trata de una Constitución «de la derecha y de la extrema derecha», y acusó que «claramente se ve un retroceso en materia de derechos sociales, en los que habíamos coincidido justamente en el contexto del estallido».

Las palabras fueron recogidas por el rector de la Universidad Diego Portales, Carlos Peña, quien en una columna en El Mercurio, desmenuza el impacto de los dichos del timonel PPD, partiendo de la base de la llamada «profecía autocumplida», es decir, el momento en que «basta definir una situación como real para que ella efectivamente ocurra».

El fenómeno afirma Peña, «tiene consecuencias en la esfera de la responsabilidad y debieran tenerlo en consideración en especial los políticos», y en esa línea, remarca que aquello hace «hasta cierto punto irresponsables las declaraciones del senador Quintana cuando asevera que de aprobarse el proyecto del Consejo, sobrevendría una revuelta como la de octubre del 19 o algo aún peor».

A juicio de Peña, la frase se entiende como una «amenaza que ya es inaceptable», pero tomada como «una predicción es simplemente irresponsable, puesto que, en consonancia con el teorema de Thomas, puede ocurrir que, viniendo de un líder político de relevancia, contribuya a producir el efecto que aparenta solo describir o, si se prefiere, ese tipo de declaraciones contribuyen a crear las condiciones para lo que en ella se afirma o se augure, se produzca».

Por ello, Peña hace un contraste, al señalar que lo que se espera realmente de los políticos no es que hagan «predicciones gruesas sobre la vida social», sino que, «recuerde a los ciudadanos cuáles son los deberes normativos que configuran a la comunidad política, y esos deberes no son más que cumplir la voluntad de la mayoría, la voluntad popular generada sin fraude, coacción ni engaño, especialmente en la cuestión constitucional».

/psg