«Por favor, llame a Carabineros y avise que soy yo, Rudy Basualdo». Con esa frase se puso fin al cautiverio por 35 horas del empresario, quien el pasado miércoles fue secuestrado en Rancagua.
Cerca de las 3 de la mañana fue liberado por sus captores en Nancagua. Ahí, de acuerdo a información policial, le pidió a una persona que llamara a carabineros diera aviso de su paradero.
Vestía la misma ropa que tenía al momento de ser sacado a la fuerza el miércoles desde la empresa Haiser en el sector La Golondrina de Rancagua.
Tras esto, llegó carabineros y lo llevaron a constatar lesiones a un centro de salud. Lucía de buen ánimo, sin problemas aparentemente médicos ni físicos.
De ahí, raudamente a la Fiscalía, donde prestó declaración ante el Ministerio Público.
Las diligencias Desde que se supo de su desaparición, el equipo especializado de Carabineros adoptó el procedimiento. OS9, Labocar y expertos en negociaciones tomaron las diligencias.
Lo primero que hicieron fue incautar los celulares de todos los familiares. Interceptaron las líneas y fueron guiando a la esposa de Basualdo, quien llevó adelante gran parte de las negociaciones.
Así se logró la primera detención, la de los tres sujetos tras una persecución. Ellos portaban los celulares de Rudy, además de todos los trabajadores de la empresa.
Ayer se llevó a cabo el control de detención, pero se decidió ampliar hasta hoy. Faltaban diligencias, detalles. La defensa de los capturados, todos extranjeros, señaló que ellos no conocían a Basualdo, que habían sido enviados.
Anoche la esposa del secuestrado llevó a cabo el pago del rescate. Entre 40 a 60 millones de pesos. Así, los captores «cumplieron» y lo dejaron libre.
Tras esto, el equipo de carabineros realizó de inmediato allanamientos en diversos domicilios. Y encontraron el lugar donde había estado cautivo.
Así se detuvo a siete personas, todos extranjeros. Por ahora tienen la figura de «sujetos de interés», a la espera de lo que determinen las autoridades.
/psg