La contaminación por plástico es uno de los grandes temas medio ambientales que afectan a la humanidad. Según cifras de Naciones Unidas, este material representa el 85% de los residuos que llegan a los océanos, cifra que se triplicaría para 2040, alcanzando los 50 kg de plástico por metro de costa en todo el mundo. Aún considerando este complejo escenario, el único problema no es el plástico en sí, sino otros materiales que se ocupan en su proceso de fabricación. Así lo determinó un estudio de EA Earth Action que arrojó que al menos un millón de toneladas de aditivos del plástico, en su mayoría sustancias químicas que se añaden a este material durante su elaboración, contaminan cada año los océanos. En específico la consultora concluyó que estos provienen en su mayoría de botellas de plástico (116.000 toneladas), prendas de vestir sintéticas (64.000 toneladas) y neumáticos (177.000 toneladas).

 

Según indica el reporte, que analizó miles de combinaciones potenciales y más de 10.000 aditivos utilizados en formulaciones plásticas, hay dos niveles a considerar en esta problemática. En primer lugar, está la fuga directa de plásticos al medio ambiente, con su impacto en la flora y la fauna.  Luego se encuentra el segundo nivel de contaminación que se produce porque los plásticos se tratan con aditivos químicos para cumplir estándares funcionales y estéticos. Dichas sustancias también pueden crear un peligro químico cuando se filtran al medio ambiente a medida que el plástico se degrada en el tiempo.

Sobre los caminos a seguir, la entidad experta en impacto ambiental, aseguró que reducir la dependencia de los plásticos vírgenes y aumentar la producción de materiales reciclados de alta calidad es fundamental. Una visión que comparte Gabriel Fonzo, CEO de Integrity, empresa chilena que recicla plástico PET y lo convierte en materia prima con lo que se fabrican nuevos  envases para alimentos. “Es clave fomentar una industria rentable en torno a la revalorización, que actúe como incentivo para que las empresas realmente inviertan en pro del medio ambiente. Mientras siga siendo lo mismo comprar un producto elaborado de plástico virgen que uno hecho de material reutilizado, difícilmente podremos impulsar un cambio de la magnitud que la problemática requiere”, comentó el ejecutivo. Junto con ello, Fonzo considera que se debe establecer un sistema de estímulos concretos para que las personas reciclen porque “hoy no hay castigos ni incentivos. Si una persona bota su basura, contribuyendo a que esta se acumule en rellenos sanitarios, o si la recicla, el escenario es el mismo. Eso es lo que debemos cambiar para que la motivación por reciclar se traduzca en acciones reales y permanentes”.

Junto con aumentar la producción de materiales reciclados, la consultora definió en su investigación que es crucial profundizar el estudio de los aditivos plásticos, pues hasta ahora no han sido debidamente considerados en el análisis. Esto permitiría establecer una lista de los más problemáticos y avanzar en su reducción o sustitución.

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