Encélado es el sexto satélite más grande de Saturno gracias a sus 500 kilómetros de diámetro. Una cifra 10 veces inferior a la de Titán, que es el más conocido de todos. Llama la atención por estar cubierto por un océano helado en el que se forman frecuentes fracturas a través de las cuales se expulsan grandes cantidades de agua y otras muchas moléculas. Entre ellas, dióxido de carbono y amoníaco, que fueron claves para que se produjese la vida en la Tierra.
Un equipo de científicos de la Universidad de Harvard ha publicado un estudio en la revista Nature en el que afirma que Encélado es una excelente candidata para albergar vida extraterrestre dentro del Sistema Solar. Para ello, han utilizado los datos proporcionados por la sonda Cassini-Huygens, que fue lanzada al espacio en 1997 y entró en la órbita de Saturno el pasado 1 de julio de 2004. En aquel momento, nadie imaginaba que esta luna de Saturno podría ser químicamente activa y generar moléculas pesadas.
¡Cassini sorprende!
Detectó chorros en Encelado que lanzan moléculas prebióticas como HCN y C2H2 al espacio 🪐
¿Vida microscópica o química exótica?
¡Encélado y sus secretos!
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— David García 🔭 (@DavidAstronomo) December 16, 2023
Un problema al que se enfrentaron los investigadores fue que Cassini-Huygens ya no estaba operativa. Además, no contaba con instrumentos adecuados para detectar e identificar ciertos elementos. Por ello, tuvieron que usar otras técnicas de análisis estadístico para determinar qué componentes eran liberados a través de las grietas en el océano helado de Encélado. Los resultados revelaron que contenían agua, metano, hidrógeno molecular, amoníaco y dióxido de carbono, así como hidrocarburos pesados y metanol.
Un entorno apto para la vida
Estas moléculas podrían combinarse gracias a la actividad hidrotermal existente bajo la corteza de Encélado y crear un entorno habitable en el que se diese la vida. Puede parecer complicado, pero en la Tierra se ha demostrado que es posible la proliferación de ecosistemas completos en condiciones de oscuridad total cuando se sitúan cerca de fuentes hidrotermales. Las simulaciones por ordenador llevadas a cabo por los científicos demuestran que también podrían suceder en este satélite.
Como es obvio, la distancia que separa la Tierra de Saturno es un hándicap para ahondar en el estudio de Encélado. Sin embargo, las conclusiones extraídas de este trabajo de investigación podrían aplicarse a entornos parecidos más próximos. El mejor ejemplo de ello es Europa, el satélite de Júpiter que más atrae la atención de la NASA en la actualidad por su gran potencial para albergar vida.
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