Esta mañana, el ministro de Justicia, Luis Cordero, se refirió a la crisis que de seguridad enfrenta Ecuador por la fuerte presencia del crimen organizado.
En diálogo con Radio Universo, el secretario de Estado señaló que gendarmería “conoce muy bien” lo que está pasando por el país dirigido por Daniel Noboa, ya que “cuando se produjo la crisis anterior en el sistema penitenciario ecuatoriano (…) Ecuador solicitó asistencia internacional (…) y gendarmería fue una de las instituciones que le prestó colaboración a la autoridad penitenciaria ecuatoriana. Y a su vez, oficiales de Gendarmería viajaron a Ecuador para conocer la realidad”.
En ese sentido, Cordero señaló que “nosotros estamos muy distantes de lo que está sucediendo ahí, en términos de régimen institucional, las características de Gendarmería, la profesionalidad que tiene, el mecanismo de formación. Pero la situación, por cierto, es una situación que se observa, entre otras cosas, por la forma y modo en que ha ido cambiando la composición del crimen que tiene una representación en la cárcel”.
“Esto también es relevante por otro motivo. Cuando hablamos de un conflicto como el de Ecuador, las variables a ser analizadas son múltiples. Esto tiene que ver, por un lado, con el tipo de crimen que se ha ido cometiendo, con el retraimiento estatal por el otro, y cómo Ecuador abordó durante muchos años, y está muy documentado en la literatura, su crisis de seguridad rigidizando el código penal, sin preocuparse de las condiciones carcelarias”, complementó el ministro.
Consultado por la realidad carcelaria en Chile, Cordero señaló que “el control intramuros está completamente en manos de gendarmería” y comentó que “a veces el relato de la crisis, de lo que está sucediendo acá, las traspolaciones no son correctas, pero yo creo ya, la autoridad de Gendarmería lo dijo ayer, ayer en una reunión además con el subsecretario del interior, están hechas las evaluaciones de cada uno de los penales y hoy en la mañana, de nuevo, se están haciendo el primer operativo de intervención de los centros penitenciarios en todo el país (…) lo primero que descartaría, una hipótesis de riesgo incluso”.
El ministro siguió argumentando su punto con que » desde marzo del año pasado en el Congreso, el país ha tenido un explosivo crecimiento de personas privadas de libertad hacia el año 2021 (…) desde finales del 2021 hasta hoy, hemos tenido un aumento muy significativo, más del 20%, que de hecho ha llevado a que tengamos hoy día, alrededor de cerca de 52.000 y aproximadamente 53.000 personas privadas de libertad (…) hoy día nosotros tenemos una sobrepoblación relevante”.
El secretario de Estado también fue interrogado por las declaraciones de la jefa de la Unidad de Análisis Criminal y Foco Investigativo Fiscalía Centro Norte, Tania Sironvalle, quien aseguró que la situación de Ecuador hay que observarla como una “alerta”.
Frente a estos dichos, Cordero dijo que también “diría que es una alerta en varios sentidos. Cuando uno analiza la situación penitenciaria y de la gobernabilidad de las cárceles en Ecuador (…) Lo que la evidencia demuestra que esta idea de que endureciendo penas, va a meter más gente a la cárcel y que esa es la manera en que la sociedad sanciona efectivamente, despreocupándose de lo que pueda suceder a través de ella”.
En segundo lugar, Cordero agregó que una “segunda alerta o enseñanza es ver cuán fuertes son las instituciones a cargo de la administración penitenciaria” y aclaró que “el país ha venido en los últimos años fortaleciendo muy significativamente gendarmería. De hecho, no solo en términos de recursos, como se ha hecho en el último tiempo, sino que también en términos de atribuciones”.
Por último, añadió que “la tercera enseñanza, creo yo, que es relevante, es observar a la cárcel como parte del ciclo de la seguridad”, y explicó que esto es importante porque “si queremos focalizar en bandas criminales, en aquellas personas que tienen mayor compromiso delictual, debemos evitar contaminar y contagiar a aquellas personas que tienen bajo compromiso delictual, porque en otros términos generamos condiciones propicias para que la cárcel sea un lugar de reclutamiento”.
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