La Agencia Espacial Europa (ESA) ha urgido a darle a la Luna su propia zona horaria, una referencia que sea aceptada internacionalmente y que utilicen sin excepciones todos los países que envíen naves hasta allí. La medida, explican, viene motivada por las docenas de misiones lunares planeadas para la próxima década. Entre los proyectos más importantes, la construcción de la estación lunar Gateway o la nave Orion, preparada para devolver a la humanidad al satélite natural de la Tierra.

Hasta ahora, cada nueva misión a la Luna se ejecuta en el tiempo del país que opera la nave espacial. Sin embargo, la ESA considera que esta forma de trabajar no será sostenible en el futuro. Una vez completada, la estación Gateway estará abierta para estancias de astronautas, reabastecidos a través de lanzamientos regulares de Artemis de la NASA. Esto permitirá el regreso de la humanidad a la superficie lunar, que culminará en una base tripulada cerca del polo sur del satélite. Mientras tanto, también se llevarán a cabo numerosas misiones no tripuladas (cada misión Artemis por sí sola lanzará varios CubeSats lunares) y la ESA dejará su aterrizador Argonaut.

Estas misiones no solo estarán en o alrededor de la Luna al mismo tiempo, sino que a menudo también interactuarán, pudiendo transmitir comunicaciones entre sí o realizar observaciones u operaciones conjuntas. Sin una franja horaria compartida, todas esas interacciones pueden tener dificultades o directamente acabar en el caos.

En consecuencia, las organizaciones espaciales han comenzado a considerar cómo mantener el tiempo en la Luna. La discusión es parte de un esfuerzo mayor para acordar una arquitectura común ‘LunaNet’ que cubra los servicios de navegación y comunicación lunar.

«LunaNet es un marco de estándares, protocolos y requisitos de interfaz mutuamente acordados que permiten que futuras misiones lunares trabajen juntas, conceptualmente similar a lo que hicimos en la Tierra para el uso conjunto de GPS y Galileo», explica Javier Ventura-Traveset, gerente del Moonlight Navigation de la ESA, que desarrolla un servicio de navegación y comunicaciones lunares.

Moonlight se unirá a la órbita lunar con un servicio equivalente patrocinado por la NASA: el Sistema de Navegación y Retransmisión de Comunicaciones Lunares. Para maximizar la interoperabilidad, estos dos sistemas deberían emplear la misma escala de tiempo, junto con las muchas otras misiones tripuladas y no tripuladas que apoyarán.

Gravedad y velocidad

Jörg Hahn, ingeniero jefe de Galileo de la ESA y que también asesora sobre aspectos del tiempo lunar, recuerda que el cronometraje estable en la Luna presentará sus propios desafíos únicos, como tener en cuenta el hecho de que el tiempo pasa de forma diferente allí debido a la gravedad específica de la Luna y los efectos de la velocidad. Por ejemplo, los relojes en la Luna funcionan más rápido que sus equivalentes terrestres, ganando alrededor de 56 microsegundos o millonésimas de segundo por día. Además, también marcarían a diferentes velocidades en la superficie lunar en comparación con su velocidad mientras están en órbita.

Todos los sistemas terrestres de navegación por satélite, como el Galileo de Europa o el GPS de los Estados Unidos, funcionan con sus propios sistemas de temporización distintos, pero estos poseen compensaciones fijas entre sí de hasta unas pocas mil millonésimas de segundo, y también con el UTC (Tiempo Universal Coordinado). Es el tiempo utilizado para los estándares de Internet, banca y aviación, así como para experimentos científicos precisos, mantenido por la Oficina Internacional de Pesas y Medidas (BIPM) con sede en París.

La BIPM calcula el UTC en función de las colecciones de relojes atómicos mantenidas por instituciones de todo el mundo, incluido el centro técnico ESTEC de la ESA en Noordwijk, Países Bajos, y el centro de control de la misión ESOC en Darmstadt, Alemania.

Práctico para los astronautas

Entre los temas que se debaten actualmente está si una sola organización debería ser igualmente responsable de establecer y mantener la hora lunar. Y también, si el tiempo lunar debe establecerse de forma independiente en la Luna o mantenerse sincronizado con la Tierra.

«Por supuesto, el sistema de tiempo acordado también tendrá que ser práctico para los astronautas», explica Bernhard Hufenbach, de la Dirección de Exploración Humana y Robótica de la ESA. «Esto será todo un desafío en una superficie planetaria donde en la región ecuatorial, cada día dura 29,5 días, incluidas las gélidas noches lunares de quince días, con toda la Tierra como un pequeño círculo azul en el cielo oscuro. Pero habiendo establecido un sistema de tiempo de trabajo para la Luna, podemos hacer lo mismo para otros destinos planetarios».

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