El expresidente estadounidense, Donald Trump, ha respaldado al gobernador de Texas, Greg Abbott, en medio de la escalada de tensiones entre el estado y el Gobierno federal por la gestión de la crisis migratoria en la frontera con México.
En un comunicado publicado este jueves en sus redes sociales, Trump defendió el derecho de Texas a defender sus fronteras de la «invasión» y arremetió contra el presidente Joe Biden, acusándolo de «entregar la frontera» e «instigar una invasión masiva de millones de inmigrantes ilegales». Según el exmandatario, Texas ha invocado, «con razón», la Cláusula de Invasión de la Constitución, y «debe recibir pleno apoyo para repeler la invasión».
Asimismo, Trump instó a otros estados a enviar a Texas la Guardia Nacional para detener dicha «invasión». «Animamos a todos los estados dispuestos a desplegar sus efectivos en Texas para impedir la entrada de ilegales, y expulsarlos de vuelta a través de la frontera».
Abbott defendió este miércoles, mediante un comunicado, el derecho de su estado a defender sus fronteras de la «invasión», que supone la inmigración irregular, mediante la Guardia Nacional de Texas y el personal del Departamento de Seguridad Pública del estado. «El Gobierno federal ha roto el pacto entre EE.UU. y los estados […] El presidente Biden se ha negado a hacer cumplir esas leyes e incluso las ha violado. El resultado es que ha pulverizado récords de inmigración ilegal», indicó.
El comunicado del gobernador fue publicado luego de que la Corte Suprema de EE.UU. fallara este lunes a favor del Gobierno federal para que pueda retirar el alambre de púas que las autoridades texanas colocaron a lo largo de la orilla del río Bravo, cerca de la ciudad fronteriza de Eagle Pass, para frenar la inmigración.
En este contexto, Trump afirmó que, si es elegido presidente este año, trabajará mano a mano con Abbott y otros estados fronterizos para «detener la invasión, sellar la frontera y comenzar rápidamente la mayor operación de deportación nacional de la historia».
La posición de Texas ha sido apoyada, de momento, por los gobernadores de 25 estados: Alabama, Alaska, Arkansas, Carolina del Sur, Dakota del Norte, Dakota del Sur, Florida, Georgia, Iowa, Idaho, Indiana, Luisiana, Misisipi, Misuri, Montana, Nebraska, Nevada, Nuevo Hampshire, Ohio, Oklahoma, Tennessee, Utah, Virginia, Virginia Occidental y Wyoming.
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