Las quiebras de grandes, medianas y microempresas subieron durante 2023.
Según las cifras de la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento (Superir), los procesos de liquidación de grandes empresas aumentaron de 55 a 70 entre 2022 y 2023, lo que corresponde a un incremento de 27%. Por su parte, las quiebras de medianas empresas pasaron en el mismo lapso de 82 a 89 (8,5%), mientras que las de microempresas se elevaron 23,6%, al registrarse 115 el año pasado, versus 93 el anterior. En tanto, las liquidaciones de pequeñas empresas siguieron a la baja: en 2021 fueron 274; en 2022 descendieron a 216, y en 2023 retrocedieron a 184.
En total el año pasado, de acuerdo a la misma Superir, 1.099 empresas fueron declaradas en quiebra, lo que significó una subida de casi 6% respecto de 2022, aunque aún por debajo del registro de 2021: 1.475. Ese 1.099 dista bastante de las 458 que arroja la suma de las categorías por tamaño grande, mediana, pequeña y microempresas. Se trata de una diferencia de 641 firmas, que responde a que el número final considera las categorías ‘sin ventas’ y ‘sin información’.
Respecto del resultado por tamaño de empresas, para Francisco Goycoolea, gente comercial de CFC Capital, “una de las razones es que las pequeñas y microempresas con un par de meses de falta de liquidez y malos resultados no tienen otra alternativa que quebrar, y por otra parte, las medianas y grandes empresas pueden acumular hasta años con malos resultados hasta que realmente no sea posible continuar. Con la pandemia, varias empresas de gran tamaño lograron mantenerse, pero con la llegada del 2023, donde no llegó el crecimiento económico que esperaban para reponerse, debieron verse forzadas a la liquidación”.
El tamaño de las empresas se define a partir de su facturación anual y las cifras proporcionadas por el Servicio de Impuestos Internos (SII). Así, las microempresas son aquellas que no superan las 2.400 UF en ventas anuales, las pequeñas empresas no excedan las 25.000 UF, las medianas no sobrepasan las 100.000 UF, y las grandes empresas son las que venden de 100.000 UF anuales hacia arriba.
“Si uno analiza las quiebras de empresas y pymes durante el 2023, se puede observar diferentes resultados según el tamaño de las empresas. Por ejemplo, las grandes tuvieron peores resultados en 2023 respecto a la cantidad de liquidaciones, ya que pasaron de 55 a 70 solicitudes de quiebra, y resultados similares tuvieron las medianas, pasando de 82 a 89 liquidaciones. Este aumento se pudo ver con el cierre de empresas emblemáticas, durante el 2023, que arrastran además a otras empresas de menor tamaño. Las firmas de construcción, servicios, transporte y comercio se vieron tremendamente afectadas durante el 2022, pero fue durante el 2023 que no pudieron seguir contando con lo necesario para adecuarse al complejo escenario económico”, añadió Goycoolea.
Por otra parte, dijo, “las pequeñas y microempresas fueron las más afectadas por el escenario económico tanto en el 2022 como en el 2023, considerando que la cantidad de liquidaciones de ambas duplica los resultados de las medianas y grandes empresas en los dos años. Sin embargo, en el caso de las pequeñas empresas hubo una disminución de quiebras, pasando de 216 a 183, y en el caso de las micro hubo un aumento de 93 a 155″.
Falta de liquidez
El año pasado las pequeñas y microempresas sufrieron de falta de liquidez, ya que la inflación afectó a sus ventas, y la restricción de créditos bancarios y los pagos atrasados (43 días en promedio) no les permitieron cancelar todos los pagos pendientes que se les acumularon a partir de la pandemia, ya que hubo ayudas del Estado como el Fogape y las postergaciones del IVA.
“Debido a esto tampoco es sorpresa que no hayan optado por la reorganización como sí lo hicieron las grandes empresas. Si comparamos los resultados de 2022 y 2023, aumentaron la cantidad de solicitudes de reorganización, pasando de 26 a 31, en las medianas también hubo un aumento pero en menor cantidad, pasan de 7 a 11 procesos, mientras que en las pequeñas y microempresas la reorganización fue casi inexistente”, explicó Goycoolea.
Detalló que “las pymes no ven otro camino que la quiebra. Lo contrario sucede con las grandes empresas, las cuales optan más por las reorganizaciones que es un proceso más complejo y de mayores costos y gestión, pero que les permite ordenar sus flujos y activos para seguir funcionando. Hay que considerar que la reorganización involucra costos que a veces las pequeñas y medianas empresas no están dispuestas a asumir, además, la reorganización implica un ordenamiento financiero que conlleva complejidades y pérdida de control, lo que en muchas ocasiones las empresas más pequeñas no saben administrar”
Más afectadas
De acuerdo al análisis realizado, las mipymes fueron las más afectadas en 2020 y 2021 debido a la pandemia que desestabilizó la economía por completo. En 2022, comenzó una mejoría gracias a la presencialidad y debido a que los emprendedores recibieron ayudas económicas para solventar sus gastos y problemas financieros producidos por la emergencia del Covid-19, pero nuevamente se produjo un aumento de quiebras en 2023 debido al nulo crecimiento económico, acompañado además de que las empresas debían comenzar a pagar las ayudas de la pandemia.
Según el experto de CFC Capital, “el aumento de solicitudes de quiebra en pequeñas y microempresas refleja las menores expectativas que se tuvieron sobre el escenario económico, sobre todo en el tema laboral y nuevos proyectos, ya que actualmente existen muchas pymes complicadas en flujo, debido a los efectos de la inflación y restricciones para acceder a financiamientos y créditos bancarios. Ahora, el aumento también se debe a que muchas de ellas no están considerando el proceso de reorganización por la complejidad que esto tiene. Pero ahora hay un cambio legal reciente que busca simplificar este proceso. Por eso, es importante que las pymes sean capaces de reinventarse y que reciban la ayuda financiera que necesitan, ya que el acceso a créditos por parte de la banca a las medianas, pequeñas y microempresas sigue siendo muy restrictivo. Dado ello, es importante ofrecerle a las pymes más alternativas de financiamiento accesibles, como el factoring, leasing, o leaseback que ofrecen instituciones financieras no bancarias”.
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