El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, afirmó este viernes que Rusia es “responsable” de la muerte en prisión del líder opositor Alexei Navalny.

“Su muerte en una prisión rusa y la fijación y el miedo de un hombre sólo subrayan la debilidad y la podredumbre en el corazón del sistema que Putin ha construido”, dijo Blinken al margen de la Conferencia de Seguridad de Munich en Alemania.

“Rusia es responsable de esto”, añadió.

Más temprano, en declaraciones a NPR, el asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, añadió que la “larga y sórdida” historia del Kremlin de dañar a sus oponentes “plantea preguntas reales y obvias sobre lo que pasó aquí”.

El líder opositor ruso Alexei Navalny murió este viernes de manera repentina en la prisión ártica en la que se encontraba desde diciembre pasado, según informó el servicio penitenciario de la región de Yamalo-Nenets, donde cumplía condena.

“Se le practicaron los necesarios procedimientos de reanimación, que no dieron ningún resultado. Los médicos de urgencias constataron la muerte del condenado. Se están estableciendo las causas del fallecimiento”, señaló el comunicado oficial sobre el deceso de Navalny, de 47 años; al tiempo que acotó: “El 16 de febrero de 2024, en el centro penitenciario N°3, el prisionero Navalny A.A. se sintió mal después de un paseo”.

El opositor purgaba una pena de 19 años de cárcel por “extremismo”.

En tanto, el Kremlin dijo que no tiene información sobre las causas de la muerte de Navalny. Así lo anunció el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, minutos después de conocerse la noticia.

“Los médicos tienen que aclararlo”, expresó el vocero, citado por la agencia TASS, después de que los servicios penitenciarios confirmaran la muerte del político. También sostuvo que el presidente, Vladimir Putin, ya “fue informado”.

Por su parte, la portavoz de Navalny, Kira Yarmish, aseguró que los correligionarios del opositor no tienen aún confirmación del deceso y que su abogado partirá en breve hacia Yamalo-Nénets.

En diciembre pasado, Navalny fue trasladado desde una cárcel en la región de Vladimir, a menos de 200 kilómetros de Moscú, hasta una prisión en el círculo polar Ártico, cerca de la cordillera de los Urales. La localidad de Jarp, que tiene unos 6.000 habitantes, se encuentra a casi 2.000 kilómetros de Moscú o unas 45 horas en tren desde la capital rusa.

Jarp está a menos de 50 kilómetros de Salejard, la capital administrativa de este territorio que tiene una superficie mayor que la de Francia, pero que está poblado por solo medio millón de habitantes.

Según uno de sus colaboradores en el exilio, Iván Zhdánov, la cárcel lleva el nombre de “Lobo polar” y es considerada una de las prisiones más lejanas de la civilización de toda Rusia.

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