Los afiliados de las AFP en 2023 traspasaron $13.940.930 millones (unos US$16.614 millones) entre los multifondos, lo que representa un 8,4% del valor total de los fondos de pensiones, que el año pasado alcanzó los $166.828.668 millones.
Eso es lo que revelan cifras recopiladas por la Superintendencia de Pensiones, donde se enseña que ese es el menor porcentaje de fondos traspasados desde 2010, cuando se movió el 5,7% del total de los fondos administrados en ese momento.
Eso sí, en términos absolutos, medido en pesos chilenos, este representa el menor nivel desde 2012, cuando los afiliados traspasaron $9.534.515 millones. En tanto, medido en dólares, el del año pasado representa el nivel más bajo desde 2011, cuando los afiliados movieron US$16.406 millones.
De acuerdo a la información recopilada por la Superintendencia de Pensiones, el año en que por lejos los afiliados registraron el mayor traspaso de fondos, ocurrió en 2020, momento en que movieron $121.360.037 millones (US$153.349 millones), lo que representó un 79,9% del valor total de los fondos de pensiones que gestionaban las AFP ese año.
El superintendente de Pensiones, Osvaldo Macías, expuso sobre el asunto el jueves pasado en la Comisión de Trabajo del Senado, en el marco de la presentación de la reforma previsional que hizo el gobierno a los parlamentarios. En la instancia, Macías dijo que “observamos que el sistema de pensiones es complejo para las personas. Las personas no entienden bien cómo funciona el sistema, sin embargo, se le entregan algunas decisiones que finalmente los lleva a tomar, en general, malas decisiones para ellos. Algunos ejemplos: el traspaso de fondos”.
Allí mostró un gráfico con la evolución que han registrado los traspasos de fondos entre los multifondos, “que en general las personas lo asimilan a lógicas de corto plazo, la gente cree en general que le pueden ganar al mercado, que ellos pueden anticiparse a las rentabilidades, y eso lo ejercieron activamente durante mucho tiempo. Pueden ver que en el año 2020 prácticamente se movió el 80% de los fondos de pensiones en un año, una cifra increíble e insólita, que provocó sin duda efectos muy masivos en el mercado de capitales, pero sobre todo a los fondos de pensiones”.
Al respecto, explicó que “posteriormente, en el año 2021, este Congreso aprobó una ley que regula a los agentes recomendadores de fondos, una vez que el Congreso aprobó en buena hora esa ley, estos recomendadores de fondos desaparecieron, porque evidentemente iban a ser fiscalizados y regulados en su actividad, aspecto que desincentivó su existencia”.
Luego de más de cinco años de tramitación, el 2 de marzo de 2021 se despachó del Congreso el proyecto que estableció nuevas exigencias de transparencia y reforzamiento de responsabilidades de los agentes de mercados. Minutos después de ese hecho, el fundador de Felices y Forrados, Gino Lorenzini, salió a anunciar que cerraría todas sus empresas, lo cual finalmente concretó el 1 de julio de ese año. Así, a tres meses de que entrara en vigencia dicha ley, Felices y Forrados dejó de operar. Ese año, los afiliados traspasaron fondos equivalentes al 48,8% del valor total de los fondos de pensiones.
La nueva legislación, que empezó a regir el 1 de octubre de 2021, realiza una distinción entre los asesores previsionales que hasta ese momento eran regulados por la Superintendencia de Pensiones, y los que la iniciativa denominó “asesores financieros previsionales”. Estos últimos ahora son fiscalizados por la Superintendencia de Pensiones y por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), y se creó un registro adicional y diferenciado de asesores financieros previsionales. Eso significó que quienes daban recomendaciones de cambios entre multifondos de AFP, si querían seguir haciéndolo, debían inscribirse en el registro del regulador y cumplir varios requisitos.
Ante ello, Lorenzini anunció entonces el cierre de sus operaciones y dijo que “desde el 1 de julio de 2021 por la ley mordaza no podremos brindar ningún tipo de información respecto a ningún aspecto del sistema previsional”. Las nuevas exigencias avalaron la fuerte preocupación que venían mostrando los organismos fiscalizadores y el propio gobierno por los cambios masivos de fondos de pensiones y su impacto en las rentabilidades de los afiliados.
Al año siguiente, en 2022, ya habían disminuido de manera considerable los montos traspasados, cuando los afiliados movieron el 16,1% del valor total de los fondos. Pero en 2023 esa cifra se redujo incluso más, a la mitad.
En la sesión del jueves pasado, el superintendente de Pensiones también enseñó una diapositiva a los senadores donde se señala que un estudio de la Superintendencia, realizado con datos entre marzo de 2014 y mayo de 2021, demostró que “el 72,3% de los afiliados que han efectuado traspasos ha tenido un peor desempeño en su estrategia que si se hubieran quedado en el fondo que la normativa define por defecto. La pérdida de rentabilidad mediana asciende a 5,7%, lo que implicaría una disminución de 0,8% anual de rentabilidad”.
Allí también se explica que “una disminución de 1% anual en rentabilidad persistente a lo largo del ciclo de vida, puede significar una disminución en pensión entre 18% y 20%”. Asimismo, detalla que “casi 8% de los afiliados jóvenes se encuentra en fondos más conservadores que el defecto que les correspondería mientras que más de 13% de afiliados mayores se encuentran en fondos más riesgosos que el fondo por defecto”.
/psg