-Hay miles de niños que están sin matrícula. ¿Ha habido un poco de improvisación del Ministerio de Educación y del ministro Cataldo (PC)?
-En primer lugar, no ha habido previsión. Él mismo ha dado cuenta de que hay un número importante de niños con rut de inmigrante, sobre todo en el norte. Y que son niños que han llegado en los últimos años a Chile. Nosotros estábamos sufriendo una disminución de la matrícula porque había menos demanda en la última década, pero ahora se ha producido un aumento de demanda bien significativo a partir de los procesos de inmigración más masivos. Y no se han creado colegios. Ahí hay una traba en la ley de inclusión que hace muy difícil al sistema privado crear colegios.
-¿Era previsible esta crisis?
-Si crece la demanda de matrícula, pero han disminuido los establecimientos educacionales y no se crean nuevos, era obvio que se iba a generar esta situación tan masiva. Siempre hemos visto a padres esperando matrículas en colegios que tienen muy buenos resultados. Eso ha pasado todo el tiempo, pero lo que es nuevo es que haya 3000 o más niños que están sin matrícula una semana después de iniciado el año escolar.
-¿Hay que revisar el Sistema de Acceso a la Educación (SAE)?
-Hay que evaluarlo, porque tuvo un cambio este año: en la última etapa, con los niños que no logran matricularse, la admisión se centralizó en una lista única a través del Ministerio y vía online. Antes, iban los padres directamente a los establecimientos educacionales y eso ya no ocurre, porque es por internet. Los padres van a los establecimientos pero no pueden matricular a los niños.
-Ese sistema es el que se llama coloquialmente la tómbola. ¿No ha funcionado bien?
-Eso no funcionó bien, la tómbola. Pero ahora se extendió el sistema online para la última etapa, mediante una vía centralizada.
-El ministro en cierta forma responsabilizó a los padres que no van a colegios con cupos disponibles, sino que van a colegios que están copados.
-Cataldo le ha echado la culpa a los profesores por los tres meses sin clases en en Atacama. Ahora le echa la culpa a los padres. Y ha habido gran negligencia y también incapacidad de gestión del ministro de Educación.
Resulta incomprensible, por ejemplo, que habiendo los problemas de infraestructura que había en el Servicio Local de Atacama, hayan pasado tres meses los niños sin clases al final del año y luego todo el verano; y cuando hay que iniciar el año escolar, la infraestructura todavía no está lista. No me cabe en la cabeza que le pueda pasar algo así al ministro.
-¿Es un problema estructural del sistema nuevo de los SLEP?
-Hay que revisarlo. Yo soy partidaria de cambiar la prohibición de seleccionar de los colegios emblemáticos y de otros colegios con buenos resultados. Esa es una selección que se hace por mérito, no por tómbola y que también es una vía de movilidad social en un país que tiene poca movilidad.
-¿Fue un error eliminar la selección de los colegios emblemáticos a vista de los resultados?
-Sí. Ahora bien, la mayoría de los establecimientos educacionales no seleccionaban. Porque lo que pasó en Chile es que se crearon muchos establecimientos educacionales a fines de los 90 y comienzos del año 2000; con la jornada escolar completa y porque había una demanda demográfica. Pero el crecimiento de la población chilena se detuvo el año 2006. Hoy día, en cambio, ha aumentado la población y especialmente de niños, por el tema migratorio.
-Una explicación que dio el ministro Cataldo es que era un tema que venía de hace años y que uno de los problemas es que se cerraron colegios para transformarlos en bodega. ¿Qué te parece esa excusa?
-Las cifras muestran que el año 2021 había 80 colegios menos. La ley de inclusión comenzó en 2016. ¿Qué quiere decir con eso el ministro? ¿Qué hay mala voluntad y que hay gente que quiere cerrar o hacer un perjuicio con los colegios?
-De hecho el ministro hablaba de 150.000 migrantes con RUT provisorio y que para dar cabida a esa demanda tendrían que haber 300 establecimientos adicionales. ¿Te parece una cifra exagerada?
-A primera vista parece absurdo. Pero si se necesitaran 300 colegios, el Ministerio tiene la obligación de garantizar el derecho a la educación. Y tendría que haberlo sabido. Además, como hay una especie de limitación a que se expanda la educación privada a partir de la ley de de Inclusión, es el Estado el que tiene que hacer la provisión. Ellos quieren educación pública, nada más que educación pública y la educación pública no está respondiendo. Y no dejan que la educación privada tampoco lo haga.
-¿Compartes esa crítica que se ha hecho al gobierno de Boric de que no ha puesto el foco en la la educación?
-¿Qué han hecho en educación? No han hecho nada. El plan de reactivación educativa, que es el mínimo, tampoco tiene los recursos suficientes. Tampoco tiene un impacto. Tampoco ha convocado a la sociedad. Tampoco el Ministerio está ejerciendo un liderazgo.
Una cosa positiva (y ahí le hago un reconocimiento a la Agencia de Calidad) es que el SIMCE está recuperándose a niveles prepandemia. Pero está estancado desde el año 2015. Todavía no se llega al nivel que había el 2015.
La gestión del ministro Ávila fue un desastre. Además, puso prioridades que no eran urgentes, como el tema de la educación sexual integral, cuando los niños no estaban yendo a clases. Y con los niveles de deserción que existen: el año pasado no fueron a clases 50.000. Este año hay muchos que no se han matriculado porque no tienen dónde ir.
-¿La gestión de Cataldo sigue los pasos de Ávila?
-Creo que es mejor que Ávila. Pero también es un ministerio que no tiene una orientación clara, con severos problemas de gestión. No puede ser que se le haya escapado de las manos situaciones como la de Atacama. Pienso que no hay ningún avance.
Es muy contradictorio, porque quienes están gobernando fueron los grandes adalides de toda la reforma educacional que se hizo durante diez años. Desde el 2008 hasta el 2018 cambiaron significativamente el sistema, buscando calidad e inclusión. Y sin embargo, hoy día no tenemos ni mejor calidad ni mayor inclusión.
/Entrevista de Marcelo Soto para Ex Ante