A inicios de este año, el Banco Mundial estimó que no existían razones para modificar las perspectivas que tenía para la economía de Chile, pero con el paso de unos pocos meses el panorama cambió. El organismo internacional publicó un reciente informe en que revisó al alza las perspectivas que tiene Chile durante este año para las tasas de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) real, pero revisó a la baja las apuestas para el 2025.
En concreto, en el marco del informe “Competencia: ¿el ingrediente que falta para crecer?”, el Banco Mundial estima que Chile crecerá un 2% frente al 1,8% que decía el organismo internacional a principios de año. Mientras que, para el 2025, el Banco Mundial baja de 2,3% a 2,2% su mirada para el crecimiento de la economía de Chile.
La cifra de crecimiento proyectada para Chile se ubica casi en línea con la del Banco Central. El ente emisor, en su reciente Informe de Política Monetaria (IPoM) estimó que el contexto da para prever un crecimiento entre 2% y 3% para este año. Mientras que, las proyecciones del gobierno del Presidente Gabriel Boric estiman para este año un crecimiento de un 2,5%.
A nivel de América Latina y el Caribe, las proyecciones se revisaron a baja en medio de un contexto crítico, según el Banco Mundial. “Si bien en las últimas décadas ha logrado avances significativos en la estabilización económica, el crecimiento se ha estancado, lo que socava el progreso. Se necesitan medidas urgentes para revertir el rumbo”, dijo el organismo internacional por medio de un comunicado.
Ante este contexto, el Banco Mundial ve a América Latina y el Caribe creciendo un 1,6% este año tras que a principios de año la apuesta era un alza de 2,3% en el PIB real. Sin embargo, para el 2025, la perspectiva subió de un 2,5% a 2,7%.
“El bajo nivel de crecimiento, de manera sostenida, no es sólo una estadística económica sino una barrera para el desarrollo. Se traduce en servicios públicos reducidos, menos oportunidades de empleo, salarios deprimidos y mayor pobreza y desigualdad. Cuando las economías se estancan, el potencial de su gente se ve limitado. Debemos actuar con decisión para ayudar a América Latina y el Caribe a romper con este ciclo”, dijo Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.
Mientras que, a nivel de región y respecto a los países que mide la muestra, el Banco Mundial ubicó a Guayana como el mejor país para este año con un crecimiento de 34,3% y a Argentina con el peor tras la espera de una contracción de 2,8% en su PIB real durante este año. La nación vecina junto con Haití son los únicos países de la región caerían este año, para el país del Caribe las perspectivas para el 2024 es una baja de un 1,8%.
En tanto, a nivel de Sudamérica y en caso de cumplirse las perspectivas del Banco Mundial, este año, Chile crecería menos que Guayana(34,3%), Paraguay (3,8%), Uruguay (3,2%), Surinam (3%) y Perú (2,7%). A su vez, Chile tendría este año un mejor desempeño que la misma región (1,6%) Bolivia (1,4%), Brasil (1,7%), Colombia (1,3%), Ecuador (0,7%) y Argentina (-2,8%).
Observaciones del Banco Mundial frente a las grandes empresas
En el contexto del informe del Banco Mundial, el texto plantea que las cifras de crecimiento responden a un escenario de “bajos niveles de inversión y consumo interno, altas tasas de interés y elevados déficits fiscales, la caída de los precios de las materias primas y la incertidumbre en las perspectivas de socios importantes como Estados Unidos, China, Europa y otros países del G7″. Otro de los factores apuntan a las tensiones geopolíticas, como las interrupciones en el transporte marítimo, y los efectos del fenómeno climático de El Niño.
De esta forma, el documento plantea que los países de la región deben “abordar desafíos de larga data”. El organismo internacional plantea la necesidad de avanzar en reformas en infraestructura, educación y comercio son fundamentales para mejorar la productividad y la integración al mundo.
“Una agenda que impulse el crecimiento aborda seriamente estas brechas. De lo contrario, la región quedará estancada y no podrá atraer inversiones ni aprovechar nuevas oportunidades, como la relocalización de industrias o la economía baja en carbono. La mejora de los sistemas de competencia debería ser parte de estas estrategias, lo que beneficiaría a los consumidores y las empresas”, comentó William Maloney, economista jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe
En el texto también se plantea una necesidad “urgente” respecto a fomentar la competencia en la región. “Para reactivar la economía y recuperar la confianza de los inversores. Cuando la competencia se sustenta en políticas, instituciones y marcos sólidos, se alienta a las empresas a innovar, ser más eficientes y ofrecer avances tecnológicos”, dijo el Banco Mundial.
El organismo internacional explica que este escenario responde al rol que tienen las grandes empresas en las economías de los países de la región: “El panorama empresarial está concentrado y existe un marcado contraste entre unas pocas grandes empresas que dominan los mercados y numerosas pequeñas empresas. El 70% de los trabajadores son autónomos o trabajan en empresas de menos de 10 empleados, ocupados en su mayor parte en actividades de baja productividad”.
Ante este contexto, el Banco Mundial estimó que se deben fortalecer las agencias y leyes de competencia: “Su aplicación es débil debido a que muchas agencias carecen de fondos o de personal suficiente. Las firmas poderosas suelen influir en las políticas gubernamentales, lo que reduce la eficacia de las leyes de competencia”.
“Todo esto crea un ciclo en el que un puñado de grandes empresas dominan e influyen en los mercados, y tienen pocos estímulos para innovar. Con bajos incentivos para sobresalir, empresas poco productivas permanecen en el negocio y terminan mal preparadas para competir, sofocando su potencial para impulsar el crecimiento”, agregó.
Otras de las recomendaciones van en la línea de impulsar políticas que estimulen a las empresas a innovar y ascender en la escala tecnológica. El Banco Mundial también llamó a “potenciar la capacidad dirigencial”. El organismo internacional estimó que, “mejorar los conocimientos de gestión ayudará a las empresas a responder a los mercados, identificar nuevas oportunidades, desarrollar planes de negocios y estimular a los trabajadores”. Elementos que, a juicio del Banco Central, deben ser incorporados en todo los niveles educativos.
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