Utilizando el satélite de estudio de exoplanetas en tránsito (TESS) de la NASA y muchos otros telescopios, dos equipos de astrónomos, incluidos españoles, han identificado un exoplaneta potencialmente habitable, bautizado como Gliese 12b y que está ubicado en la zona habitable de su estrella madre, Gliese 12. Se encuentra a solo 40 años luz de distancia de la Tierra, en la constelación de Piscis y tiene características muy interesantes: aproximadamente el tamaño de Venus, el gemelo infernal de la Tierra y el que esté en la zona de ‘ricitos de oro’, lo hace muy interesante.
Tiene muchas similitudes con la Tierra
Su radio es muy similar al de nuestro planeta, lo que sugiere también que su composición rocosa podría ser parecida. Se estima que la temperatura de su superficie es de unos 42 ° C. ¿Tiene atmósfera? Es un dato que aún desconocemos y realmente marcará la diferencia ante la gran pregunta de si sería un hogar acogedor para la vida o un sitio completamente inhóspito (como Venus).
«Hemos encontrado el mundo más cercano, en tránsito, templado y del tamaño de la Tierra localizado hasta la fecha», dijo Masayuki Kuzuhara, astrónomo del Centro de Astrobiología de Tokio y autor principal del estudio que recoge la revista Astrophysical Journal Letters. «Aunque todavía no sabemos si posee atmósfera, hemos estado pensando en él como un exo-Venus, con tamaño y energía similares recibidos de su estrella como nuestro vecino planetario en el Sistema Solar».
Según los expertos, Gliese 12 b representa uno de los mejores objetivos para estudiar si los planetas del tamaño de la Tierra que orbitan alrededor de estrellas frías son capaces de mantener sus atmósferas. Es un paso crucial para establecer si el exoplaneta puede ser habitable o no. Tengamos en cuenta que la temperatura promedio de la superficie de la Tierra es de 15 ºC, pero está aumentando rápidamente con el cambio climático. El mundo extraterrestre recibe 1,6 veces más energía de su estrella que la Tierra del Sol y aproximadamente el 85% de la que recibe Venus.
«Las atmósferas atrapan el calor y, según el tipo, pueden cambiar sustancialmente la temperatura real de la superficie», aclaró Shishir Dholakia, coautor del trabajo y estudiante de doctorado del Centro de Astrofísica de la Universidad del Sur de Queensland en Australia. “Estamos citando la ‘temperatura de equilibrio’ del planeta, que es la temperatura que tendría si no tuviera atmósfera”.
Hasta la fecha se han descubierto más de 5.600 planetas fuera del Sistema Solar, o exoplanetas, pero aún no hemos sido capaces de encontrar un planeta igual a la Tierra. La mayoría de los mundos que encontramos son más grandes, más cálidos… Y no es que no hayamos encontrado planetas de tamaño y masa similar al nuestro, sino que aparte de que reúna estas características, tiene que encontrarse en un rango específico de la estrella que orbita, para que no cuente con temperaturas abrasadoras o realmente gélidas. La distancia debe permitir la presencia de agua líquida; ni congelada ni con tanto calor como para que se evapore.
«Gran parte del valor científico de este planeta es comprender qué tipo de atmósfera podría tener». «Dado que Gliese 12b se interpone entre la cantidad de luz que la Tierra y Venus reciben del Sol, será valioso para cerrar la brecha entre estos dos planetas en nuestro Sistema Solar», apuntan los astrónomos.
¿La parte positiva de este descubrimiento?
Que al orbitar Gliese 12 b una enana roja es más fácil detectarlo y estudiarlo. Las enanas rojas se han convertido en un objetivo popular para estudiar exoplanetas, ya que su luz más tenue significa que es más fácil extraer las señales sutiles que permiten a los astrónomos examinar las atmósferas de los exoplanetas. Es un buen candidato para llevar a cabo más estudios usando el potente telescopio espacial James Webb, dice la NASA. Por el momento, no hay garantías de que sea un planeta habitable, ya que está mucho más cerca de su estrella que la Tierra, alrededor del 7% de la distancia Tierra-Sol y, como hemos adelantado al principio, un año en Gliese 12b son solo 12,8 días terrestres. Conocer su atmósfera también podría revelar respuestas sobre por qué Venus y la Tierra evolucionaron de manera tan diferente.
Pero es que, debido a su proximidad a la Tierra, su radio, su ubicación en el borde de la zona habitable de su estrella anfitriona y la baja actividad de llamaradas de esa estrella (ya que no muestra signos ni de intensa actividad magnética ni frecuentes llamaradas de rayos X), Gliese-12b representa posiblemente el mejor candidato con el que contamos hasta el momento.
«Conocemos sólo un puñado de planetas templados similares a la Tierra que están lo suficientemente cerca de nosotros y cumplen con otros criterios necesarios para este tipo de estudio, llamado espectroscopia de transmisión, utilizando las instalaciones actuales», aclaró Michael McElwain, astrofísico del Centro de vuelos espaciales Goddard de la NASA.
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