Pasado el mediodía de este viernes, equipo de la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones (PDI) llegó hasta un domicilio ubicado en calle Covadonga, que corresponde a la casa del asesino Hugo Bustamante, en Villa Alemana.
En este lugar no solo fue encontrado el cuerpo de Ámbar Cornejo en 2020, sino que también estarían enterrados los cadáveres de dos personas que habrían sido asesinadas en 1996 por Hugo Bustamante, apodado como el «Asesino del tambor», crímenes que él mismo confesó en una investigación periodística.
Las dos personas que estarían enterradas en la vivienda corresponderían a Elena Hinojosa y su hijo Eduardo Páez, cuyos paraderos permanecen desconocidos desde hace casi 30 años.
Preliminarmente, el organismo policial comunicó que «por petición de la Fiscalía local de Villa Alemana, personal especializado realizan diligencias de orden investigativo, por información y antecedentes que aportó Gendarmería y personal de prensa», haciendo referencia a las confesiones de Bustamante.
«Contamos con la orden de investigar que nos faculta para hacer ingreso a este inmueble. Estamos esperando algunas herramientas para cortar la cadena en el acceso perimetral y poder entrar hasta el inmueble, revisar las superficies y ver diferentes puntos que son de interés investigativo», agregó el prefecto antes de entrar.
La autoridad policial fue cauto en confirmar o descartar la presencia de los cuerpos de la madre y su hijo, lo que se corroborará una vez desarrollada la investigación.
Cuando eran las 13:08 horas, funcionarios policiales y personal vestido de overol blanco rompieron la mencionada cadena e ingresaron a la vivienda del hombre, actualmente en la cárcel de Rancagua.
Por lo que se apreció la periodista de Meganoticias, Javiera Ponce, personas habitaban el lugar, ya que había ropa tendida y mascotas; pero al momento del ingreso no se encontraba nadie.
El equipo especializado de la PDI se dirigió hasta la parte trasera de la propiedad, justo donde hay una casa en el mismo terreno. Ahí, de hecho, se llevó a cabo el asesinato de Ámbar en 2020 y se están concentrando las labores para identificar el posible paradero de los cadáveres de Hinojosa y Páez.
Las revelaciones se dieron en el marco de la investigación que la periodista Ivonne Toro Agurto ha realizado durante cuatro años para su libro «La niña Ámbar», el que será publicado en los próximos meses. A continuación, los principales extractos del testimonio del hombre autorretratado como «psicópata».
En uno de los encuentros que sostuvieron la autora y Bustamante, recluido en el Centro Penitenciario de Rancagua, él hizo un particular análisis de su persona.
«Nadie sabe lo que está en mi mente, que no es grato. Cuando a uno le aplican la palabra ‘psicópata’ y uno empieza a recordar lo que ha estudiado uno dice ‘chita. A ver: Hugo Bustamante, juzguémoslo’. Se encuentra con la realidad de que ‘sí, este huevón sí es psicópata’. Llegar a ese punto cuesta más que la cresta», comenzó señalando.
Continuó señalando que «maté personas. Me puedo pudrir aquí en la cárcel, voy a morir de viejo acá y no voy a devolver ese dolor. Cuando estoy frente al espejo y me estoy afeitando, estoy frente a un psicópata, y me pregunto, ¿por qué la rabia fue más fuerte que el raciocinio?, ¿qué pasa con esta persona?, ¿qué hay en mi mente? Y no me gusta la respuesta».
Según cuenta Toro en una publicación de Ciper, ella le consultó si había cometido otros asesinatos antes del que protagonizó en 2005. La respuesta de Hugo fue tan misteriosa como siniestra: contestó que le tenía «un regalo» a la periodista.
Bustamante anduvo con rodeos antes de mencionar a sus dos víctimas en 1996. Mediante una carta, relató que «no sé si darle los nombres de las dos personas que desaparecieron y que hasta hoy no se han encontrado. Si le digo los nombres, podrá comprobar que no estoy inventando, la cosa es que las consecuencias que me traería entregarle esta información. Veremos cómo se darán las cosas y si la vuelvo a ver».
El mencionado «regalo» consistía en revelar que sus víctimas fueron Elena Hinojosa y su hijo Eduardo Páez, ambos desaparecidos desde hace casi 30 años. La escritora identificó el siguiente vínculo entre los involucrados:
- En la década de los 90, cuando Bustamante estuvo preso por diferentes robos, conoció a Páez en la cárcel.
- Ambos en libertad, mantuvieron el contacto.
- Tiempo después, Elena y Eduardo desaparecieron, realizándose la respectiva denuncia por presunta desgracia.
- Durante la investigación, la hermana de Páez declaró que Hugo había sido la última persona en verlos con vida.
Al ser interrogado por la policía, defendió su presunta inocencia de una particular manera: «Dijo que Páez habría estado secuestrado y que él contactó a Hinojosa para buscar una forma de liberarlo. Tiempo después, la causa fue archivada», aseguró Toro en la publicación.
Recientemente, las mismas revelaciones que le hizo a la comunicadora, el sujeto se las comentó a un oficial de Gendarmería en la cárcel de Rancagua. No solo le confesó su participación en el homicidio de la madre y su hijo, sino también el lugar en el que están enterrados.
El 30 de enero de este año fue la última reunión entre Ivonne y Hugo. La periodista llevó el testimonio que él entregó durante la búsqueda de ambos familiares, cuando dijo que Elena y Eduardo estuvieron en la casa de calle Covadonga, la dirección donde Ámbar fue encontrada sin vida 24 años después.
Sobre la incomprobable tesis del secuestro y que intentó ayudarlos, señaló que «Eduardo tenía un problema. Se metió donde no debía meterse y gastó plata que no debía gastar (…) Yo lo siento mucho. Incluso le expliqué en una carta: traté de hacer un bien, me hice un mal. Debí haberme callado».
«Esta cuestión debí dejarla ahí nomás, si durmiendo estaba re bien. Fui yo el bruto que la despertó. Traté de hacer algo bueno. Me equivoqué. No fue mala la intención, ¿me entiende? Yo quería agradecer. Dije: ‘Esta persona (Ivonne Toro) se está portando bien conmigo, sabiendo que soy un canalla, un asesino. Me está viendo como un ser humano, como persona'», declaró.
La información que tiene el Ministerio Público es la siguiente: supuestamente, el «Asesino del tambor» habría asegurado que los cuerpos de Hinojosa y Páez están enterrados en Chile, específicamente en un domicilio de calle Covadonga.
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