La economía chilena acumula entre enero y mayo un crecimiento de 2,3% y si bien será un mejor año que 2023 en términos de actividad, las dudas e incertidumbre del sector privado se mantienen para este 2024. Para tener una cuantificación de las principales preocupaciones de que dan cuenta las empresas, la Asociación de Auditores Externos de Chile junto a la Universidad Gabriela Mistral realizaron el “Estudio de percepción de riesgos empresariales 2024″.
Este estudio, que se efectuó entre el 6 y el 26 de junio pasados, recopiló las respuestas de 105 directores y ejecutivos de alto nivel de diversas industrias clave del país. Entre los principales resultados, la muestra arrojó que los riesgos financieros, que abarcan mercado, precio y disponibilidad de capital, fueron identificados por el 12,4% de las firmas como el principal riesgo, lo que según el estudio, evidencia que la volatilidad económica global y local sigue siendo un desafío significativo.
En este contexto, se resalta que para el 66,7% de los entrevistados del sector Construcción e Inmobiliario, este riesgo es el más significativo que ha debido enfrentar este 2024.
A su vez, la ciberseguridad, con un 11,7% de menciones, se posiciona como el segundo riesgo más crítico. Según detalla el informe, “este dato es particularmente relevante para el sector bancario y de servicios financieros, donde un 68,2% de las empresas identificaron la ciberseguridad como su principal preocupación”.
Esto, porque se menciona que “este sector ha sido repetidamente objetivo de ataques, resaltando la necesidad de inversiones continuas en infraestructura y protocolos de seguridad informática”.
En tercer lugar, con un 10,2% de las respuestas, los cambios regulatorios son identificados como preocupaciones clave. Más atrás, con un 9,8% de las preferencias, se inscribe la situación política. Ambos factores van en línea con reformas que se están impulsando en el Congreso y pueden causar incertidumbre en el sector privado y en algunos sectores en específico.
En este caso, el 56,3% de los encuestados del sector de minería y recursos naturales afirma que su principal riesgo es geopolítico y de deterioro del escenario global. Mientras que el sector retail identifica a la seguridad pública, con un 52,9% de las respuestas, como su principal desafío.
A nivel del total de la muestra, la seguridad pública, con un 9,5% de las menciones, también se mantiene como una preocupación constante.
Para Arturo Platt, presidente de la Asociación de Auditores Externos de Chile, “es importante identificar y mapear los riesgos de la empresa y trabajar en una estrategia de mitigación”. De acuerdo al ejecutivo, “el objetivo es que el modelo sea preventivo, no reactivo, sin embargo, sabemos que es imposible eliminar completamente todos los riesgos. Cuando las empresas son capaces de administrar y gestionar sus riesgos, la trazabilidad y la continuidad de su operación está más protegida, y eso es fundamental”.
El estudio también revela que la inteligencia artificial (IA), aunque es vista como una herramienta potencialmente beneficiosa, también presenta riesgos que deben ser gestionados adecuadamente. Un 39% de los encuestados percibe que la IA amplifica los riesgos existentes.
No obstante ello, Sergio Mena, rector de la Universidad Gabriela Mistral, plantea que “el 36,2% de los encuestados piensa que la inteligencia artificial contribuye a mejorar la gestión de riesgos en áreas clave”. Por lo mismo, indica que “es urgente desarrollar nuevas capacidades para ejecutivos y estudiantes de todos los niveles para incrementar el uso virtuoso de la IA. En eso la academia juega un rol fundamental”.
En cuanto a la capacidad que tienen las empresas para administrar estos riesgos, el estudio muestra que el 80% de las compañías cuentan con una estrategia de gestión de riesgos. Sin embargo, un 59% “aún no tiene un comité de riesgos en su directorio, lo que limita la capacidad de respuesta y la visión estratégica ante emergencias”, señala el reporte.
Para los autores de este estudio, es urgente que las firmas puedan “adoptar estrategias más robustas y proactivas para mitigar los riesgos y otros desafíos emergentes, asegurando así la sostenibilidad de las empresas”.
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