Los agujeros negros supermasivos son cuerpos astronómicos fascinantes. Al fin al cabo, tienen masas equivalentes a miles de millones de veces la de nuestro Sol. Esto genera fuerzas gravitatorias tan intensas que consiguen que alrededor de ellos giren galaxias enteras. El mejor ejemplo lo ofrece Sagitario A*, que es el agujero negro supermasivo que se encuentra en el centro de la Vía Láctea.

Sin embargo, este tipo de agujeros negros también entrañan muchos misterios, los cuales parecen ir resolviéndose poco a poco. Por ejemplo, a mediados de agosto, un equipo de científicos postuló una teoría que afirmaba que la solución al “problema del pársec final”, el cual hacía imposible que dos objetos de este tipo se fusionasen, estaba en la materia oscura.

Ahora, otro equipo internacional de astrofísicos ha realizado un gran avance en la comprensión de lo que sucede con aquellas estrellas que se acercan demasiado a los agujeros negros supermasivos. Un proceso extremadamente complejo por el cual acaban destrozadas y consumidas y que puede ser captado desde la Tierra gracias a las emisiones ópticas y ultravioletas.

Una simulación consistente

El estudio ha sido publicado en la revista The Astrophysical Journal Letters y abre nuevos horizontes para la investigación del comportamiento de la materia en campos gravitacionales extremos. Además, el vídeo de la simulación en el que un agujero negro absorbe una estrella está disponible en YouTube, de modo que cualquiera que lo desee puede verlo.

Según la investigación, las estrellas que se aproximan en exceso a los agujeros negros supermasivos son “desmembradas” por las fuerzas gravitacionales. Un proceso que recibe el nombre de “evento de disrupción de marea” (TDE, por sus siglas en inglés). Posteriormente, los escombros de la estrella forman un disco alrededor del agujero negro, que es el responsable de la emisión de la radiación. Por último, estos materiales son absorbidos.

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