Esta semana, la expresidenta Michelle Bachelet dio un nuevo «No» a la opción de competir por una tercera carrera presidencial. Esta vez, sin embargo, en el oficialismo dicen que se trató del descarte más directo desde que su nombre volvió a estar sobre la mesa y justo tras una semana en que las encuestas la posicionaron muy cerca de la principal carta de la oposición, la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei.

Las declaraciones de la exmandataria, dicen en el oficialismo, no son casualidad, y se dan en medio de la profunda molestia que se venía instalando en el PS con lo que consideraban era una precipitación de la carrera presidencial, propiciada por el Partido Comunista.

En el PS los tomó por sorpresa cuando en julio el presidente del PC, Lautaro Carmona, señaló que una candidatura presidencial de Bachelet “es el deseo de muchos de nosotros”. Se trata de una «avivada», dicen, para instalarse tras la expresidenta antes que el resto de los partidos y que el propio PS, el que internamente le había manifestado a la exmandataria que ellos respetarían sus tiempos, pero que si tomaba alguna definición debían ser ellos los primeros en proclamarla.

En la tienda que dirige la senadora Paulina Vodanovic no hay dos lecturas. El PC buscó instalar a la exmandataria como una forma de salvar el complejo momento que atraviesan al interior del oficialismo, donde se han ido quedando solos en sus posiciones en materia internacional, su defensa a Daniel Jadue y sus reparos a la agenda de seguridad.

Asimismo, en el PS creen que tanto en el PC como en el Frente Amplio (FA), ha habido un aprovechamiento y sobreexposición de la figura de la expresidenta para levantar sus figuras. Esta es la crítica que se ha levantado en algunos sectores con los actos que se hicieron en los municipios de Santiago, con Irací Hassler, y en Maipú, con Tomás Vodanovic, instancias que permitieron a la oposición arremeter contra Bachelet.

Así, en el PS no hay una buena evaluación de haber adelantado una nominación de Bachelet, ya que este era un tema que ellos venían conversando con ella y donde se había tomado la decisión de manejarlo con cautela.

La presidenta del Partido Socialista abordó ayer el tema en entrevista con Radio Pauta, donde le puso paños fríos a la candidatura de la exjefa de Estado, enfatizando que ella ha dejado clara su posición hace bastante tiempo, pero que «aún hay personas que insisten en que ella debiera ser candidata».

Fuentes del oficialismo aseguran que si bien nadie tiene el control sobre la agenda de Bachelet, en los últimos días se habría conversado con su equipo que no era buena idea dejar que se siguiera instalando que era candidata.

En la tienda consideran que Chile Vamos se apresuró con la decisión Matthei de no repostular a la alcaldía de Providencia, y que poner a Bachelet en la palestra le permite a la oposición tener con quien pelear en materia presidencial.

Tras su participación en las inauguraciones de centros de salud en esas comunas, en la oposición acusaron intervencionismo electoral y llamaron a la expresidenta a explicitar su candidatura.

El otro problema de Bachelet candidata

Con todo, en el Socialismo Democrático y el PS, la irrupción de la expresidenta debía manejarse con cautela, también por otra razón. En el sector consideran que antes de recurrir a Bachelet se debía abrir la oportunidad a otros liderazgos de la centro izquierda.

Esto, porque la carrera presidencial aún no está sellada y hay una apuesta importante por reconstruir lo que denominan el Socialismo Democrático, tomando distancia de Apruebo Dignidad. “Si en un plazo prudente el PC no cambia su posición sobre Venezuela, veo muy difícil renovar un pacto con ellos”, dijo el presidente del PPD, Jaime Quintana, el 11 de agosto, en entrevista con La Tercera.

Una candidatura de la expresidenta, tendría como condición, explican, aceptar desde allá seguir unidos al FA y el PC.

En este contexto, apurar la figura de Bachelet, dicen, sólo le resuelve el problema al Frente Amplio y al PC, que buscan darle alguna continuidad a su gobierno, al que el Socialismo Democrático -recalcan los sectores más críticos- entró por la «puerta trasera» y donde creen han sido ninguneados constantemente, una idea que se reforzó en el sector tras la negociación municipal.

Con el «no soy candidata» de la expresidenta, en el Socialismo Democrático apuestan ahora por potenciar otros liderazgos del sector.

La propia Vodanovic recordó ayer que Bachelet se ha caracterizado por potenciar nuevas personalidades y, consultada por la ministra del Interior, Carolina Tohá, señaló que “la ministra Tohá tiene todas las condiciones para poder ser la candidata del sector”.

Las dudas sobre el «No» de la expresidenta

Pese a todo, el «no soy candidata» de la exmandataria tiene a varios a incrédulos respecto a que realmente signifique un descarte de su opción presidencial.

Varios reparan en que se limitó a decir que «yo no soy candidata», y que el «está descartado» apunta a una participación en una primaria oficialista.

En el propio PS explican que no se puede descartar ninguna opción, pero que cualquier definición sobre Bachelet, debe tomarse con «más agua bajo el puente».

Un primer punto es que la opción de la exmandataria tiene que ser sólo una última instancia y probablemente no en una primaria, pues si hay más nombres, su postulación no tendría sentido.

Otro hito, que la propia Bachelet estaría esperando, son las elecciones municipales. Para la expresidenta y su entorno sería clave ver si el respaldo en las encuestas se traduce en votos. También tener un indicador de en qué queda el oficialismo y el gobierno.

Donde tampoco convence el «no» de Bachelet es en la oposición. Desde Chile Vamos recordaron que la exmandataria también dijo que no estaba disponible para una segunda aventura presidencial, sin embargo, terminó siendo la candidata y Presidenta por segunda vez.

«Esto de ‘no soy candidata’ fue un recurso que ocupó hace algunos años atrás antes de aceptar su segunda candidatura», sostuvo el presidente la UDI, Guillermo Ramírez, en Radio Duna.

El diputado puntualizó que «la construcción de la frase es correcta. Hoy día formalmente, no es candidata, pero no nos está diciendo que no va a ser candidata. Veo a una expresidenta que habla como candidata, que se comporta como candidata, y que hace lo que hacen los candidatos en una elección municipal, que es apoyar a los candidatos de su coalición».

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