El debate presidencial celebrado el martes entre el expresidente Donald Trump y la vicepresidenta Kamala Harris atrajo a una audiencia de 67,1 millones de televidentes, según cifras actualizadas por ABC News. Este número marca una cifra considerablemente superior a los 57,5 millones que había estimado la compañía de datos Nielsen, la cual se basó en informes preliminares proporcionados por ABC News. El debate fue transmitido por siete cadenas de televisión, además de ABC, lo que contribuyó a su alto nivel de visibilidad.
Esta cifra de audiencia también supera al debate entre Donald Trump y el entonces presidente Joe Biden, que fue visto por 51,27 millones de personas en julio. Aunque la reciente audiencia es notable, sigue estando por debajo del récord de 84 millones de espectadores que se registró en 2016 durante el enfrentamiento entre Trump y la demócrata Hillary Clinton. Esta cifra de 2016 representa el punto culminante en términos de seguimiento de debates presidenciales en la última década.
El debate del martes mostró un notable interés en la franja etaria de 25 a 54 años, con 19 millones de espectadores en ese grupo demográfico. A pesar de la alta audiencia, el evento no alcanzó el récord de espectadores de 2016, subrayando una tendencia de disminución en la audiencia de debates presidenciales en comparación con los eventos de años anteriores.
El debate entre Trump y Biden en julio, que marcó la audiencia más baja en dos décadas, reflejó una disminución general en el interés por estos eventos críticos en el ciclo electoral. La reducción en la audiencia de debates presidenciales sugiere un cambio en el comportamiento de los votantes y una posible saturación de los formatos tradicionales de debate.
El significativo aumento en la audiencia del debate entre Trump y Harris podría indicar un renovado interés en el proceso electoral, posiblemente impulsado por la creciente polarización política y la relevancia de los temas debatidos. A medida que las campañas electorales avanzan, la atención mediática y el compromiso del público con los debates presidenciales continúan evolucionando, reflejando los cambios en el panorama político y mediático de Estados Unidos.
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