Wall Street, Atracción fatal, La guerra de los Roses, Bajos instintos y Un día de furia fueron solo algunos de los éxitos cinematográficos que lo catapultaron a la fama internacional. Y cualquiera podría imaginar que, como la gran mayoría de las estrellas de Hollywood, Michael Douglas cargaría con una vida llena de zonas oscuras sobre sus espaldas. Pues bien, algo de eso hay… Sin embargo, a los 80 años, el hombre puede jactarse de no haberse dejado encandilar nunca por los destellos del éxito y la fama. O, por lo menos, no tanto como para no poder disfrutar de su presente.
“Estoy semiretirado”, dijo días atrás en Palma de Mallorca, España, donde celebró su cumpleaños por adelantado sin la compañía de su esposa, Catherine Zeta-Jones, quien en esta oportunidad no pudo acompañarlo por estar rodando la serie Miércoles, de Tim Burton, para Netflix. De buen ánimo, Douglas participó de la celebración de La Beata, donde se homenajeó a los habitantes del pueblo que habían llegado a las ocho décadas. Y, dado que el actor tiene allí una mansión que visita frecuentemente desde hace décadas, también fue parte del festejo.
Hijo del prestigioso actor y productor de origen ruso Kirk Douglas y la actriz bermudeña Diana Dill, Michael nació el 25 de septiembre de 1944 en Nueva Jersey, Estados Unidos. Fue el primogénito de la pareja, que luego tuvo a Joel, pero ya tenía dos hermanos mayores por parte de padre: Peter y Eric. Cursó sus estudios en la Allen-Stevenson School de la ciudad de Nueva York, la Eaglebrook School de Deerfield, Massachusetts, y la Choate Preparatory School de Wallingford, Connecticut. Hasta que, finalmente, obtuvo su licenciatura en arte dramático de la Universidad de California, en Santa Bárbara, en 1968.
Las calles de San Francisco, serie televisiva que protagonizó junto a Karl Malden entre 1972 y 1976, marcó su ingreso triunfal al mundo de la actuación. Enseguida dio el salto a la pantalla grande. Y no tardó mucho en obtener su primer Premio Oscar como productor por la película Atrapado sin salida, encabezada por Jack Nicholson y Louise Fletcher, en 1975. Sin embargo, fue la comedia romántica Tras la esmeralda perdida de 1984, donde compartió elenco con Kathleen Turner y Danny DeVito, la que hizo que su popularidad arrasara con el público. El resto, ya es historia conocida.
“He procurado hacer películas que dejen un buen sabor de boca, que tengan un propósito, aparte de otras en las que tomé parte por puras razones comerciales. Las películas nos hacen entender lo que piensan otras personas y nos hacen sentirnos más próximos. Si en adelante me llegasen guiones que me tocaran la fibra, los aceptaría. Confieso que soy más feliz con un papel pequeño en una buena película que con uno destacado en otra que fuera mala”, reconoció Michael. Y explicó que trabajó en pocas comedias porque, para él, “interpretar un papel dramático es más fácil que ser gracioso”.
Amado por las mujeres de todo el mundo, Douglas supo ganarse el mote de Don Juan. Pero solo dos veces pasó por el Registro Civil y tuvo matrimonios bastante duraderos. La primera vez fue en 1977, cuando se casó con Diandra Luker, una muchacha que trabajaba como becaria en la Casa Blanca. Ambos se convirtieron en padres de Cameron, también actor, quien en 2010 fue sentenciado a cinco años de prisión por posesión y distribución de drogas y luego fue penado con tres años más por vender sustancias en la cárcel. Aquel fue un momento más difícil para la estrella. “La vida se convirtió en una sucesión de crisis. Pensé que lo perdía”, reconoció Michael que, con mucho esfuerzo, logró ayudar a su hijo a superar la adicción a las drogas.
Cabe señalar que el propio actor había ingresado en 1992 a una clínica de rehabilitación para superar el alcohol y las drogas. Y que, en 2004, había sufrido por la muerte de su hermano Eric, quien falleció con tan solo 46 años de edad a raíz de una sobredosis. Por lo tanto, no se detuvo hasta que en 2016 su hijo obtuvo la libertad anticipada por buen comportamiento y pudo tomarlo de la mano hasta su completa recuperación. “Pasé de sentirme cauteloso a aliviado, a una alegría de tener a Cameron de regreso. Es como si esta gran tormenta hubiera pasado, saliera el sol y pudieras disfrutar tu vida nuevamente, sin mirar por encima de tu espalda. Es una sensación maravillosa, de estar completo”, reconoció entonces.
El actor y Diandra se separaron allá por el año 1995, cuando ella descubrió que él le era infiel. ¡Si hasta se había declarado “adicto al sexo” desatando una controversia mundial! Entonces acordaron un divorcio que recién se firmó en el 2000, después de que Douglas aceptara desembolsar la friolera de cuarenta y cinco millones de dólares para compensar a su ex esposa. En ese momento, la mansión marroquí que habían adquirido en 1989 y a la que habían llamado S’Estaca, quedó para usufructo de ambos. Pero, en 2020, Michael decidió comprarle su parte a Luker para no tener que negociar con ella sus estadías en el lugar.
El segundo casamiento de Douglas tuvo lugar en 2000 y fue con Zeta-Jones, su actual pareja, con quien tuvo a sus hijos Dylan y Carys. La actriz de Chicago y La leyenda del Zorro es veinticinco años menor que el actor, pero la diferencia de edad nunca fue un obstáculo para la pareja, que se convirtió en una de las más sólidas que ha podido verse en las alfombras rojas internacionales. Sin embargo, dada su experiencia anterior, Michael pidió firmar un acuerdo de separación de bienes previo al matrimonio.
Él y Catherine se habían conocido a instancias de Antonio Banderas y Melanie Griffith -esposa del actor español por entonces-, en el festival de cine de Deauville de 1999. Douglas había pedido conocer a Zeta-Jones- que también nació un 25 de septiembre- y aprovechó la cena para charlar con ella. “Media hora después de que nos presentaron, le dije: ‘¿Sabés algo? Yo voy a ser el padre de tus hijos’. Para mí sonaba bien, pero ella me cortó en seco: ‘¿Sabés algo? Yo ya escuché y vi mucho sobre vos. Y creo que llegó el momento de decir buenas noches y despedirnos’”. No obstante, el actor no se amedrentó. Le mandó un ramo de flores con unas disculpas. Retomó el coqueteo. Y, en la noche de Año Nuevo, selló su compromiso con un anillo de diamantes de un millón de dólares.
Claro que no todo fue color de rosa. En 2013, se supo de Catherine había sido diagnosticada con un trastorno bipolar. Al mismo tiempo, el actor contó en los medios que padecía cáncer de garganta -luego se supo que en realidad era de lengua- producto del virus del papiloma humano que, supuestamente, había contraído “por practicar sexo oral”. Y esta declaración desató una crisis en su pareja, que estuvo a punto de derivar en un nuevo divorcio. Pero la sangre no llegó al río. Tras ocho semanas de quimioterapia, Douglas pudo superar la enfermedad. En 2014, él y Jones renovaron sus votos. Y, el 18 de noviembre pasado, celebraron sus 23 años de casados con declaraciones llenas de amor.
“Suelo poner la música a tope los viernes y bailar. Pero me siento un poco intimidado porque mi mujer es una bailarina extraordinaria. Tengo un par de movimientos de swing, el giro. Ella me hace quedar bien”, reveló recientemente Michael sobre los secretos de su relación. Y confesó que, ahora que están atravesando la etapa del “nido vacío” porque sus hijos ya son grandes, con Catherine suelen compartir además del baile, los partidos de golf y los viajes por el mundo que tanto los apasionan.
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