El Banco Central (BC) publicó esta mañana el segundo Informe de Estabilidad Financiera del año, después del de mayo. En esta ocasión, el instituto emisor advirtió sobre las consecuencias de las potenciales medidas económicas de Estados Unidos con Donald Trump a la cabeza, que ha elevado la incertidumbre económica para el país. Asimismo, reparó en las tensiones geopolíticas, y las destacó como otro factor a las que estar atentos.

En concreto, si bien la institución presidida por Rosanna Costa señala que los datos de actividad en EE.UU han afianzado la idea de una normalización suave, «se mantiene la incertidumbre respecto al alcance e impacto de potenciales políticas económicas y comerciales en EE. UU. y sus efectos en la inflación futura y en el ritmo de normalización de política monetaria, lo que ha fortalecido al dólar en lo reciente».

Todo esto, considerando que la nueva administración ha advertido que avanzará en políticas económicas proteccionistas, con el alza de aranceles como punta de lanza, sobre todo contra China.

«Se están produciendo tendencias hacia la desglobalización, incluso hacia el proteccionismo», comento la Presidente del BC en la Comisión de Hacienda del Senado, Rosanna Costa, en relación a la situación internacional.

El ente emisor, asimismo, pone un énfasis en las tensiones geopolíticas a nivel mundial. «Las tensiones geopolíticas se han intensificado en los últimos meses, lo que podría tener efectos negativos sobre la estabilidad financiera. Una intensificación de conflictos geopolíticos podría afectar a instituciones bancarias y no bancarias, principalmente, a través del canal financiero», dice el informe.

«Un escenario en que se estrechen las condiciones de financiamiento externo repercutiría sobre los agentes locales, aumentando el riesgo de incumplimiento de empresas y hogares, en particular de grupos identificados como más vulnerables», señala también.

También en relación a las tensiones geopolíticas, el BC sostuvo que poedrían «aumentar la incertidumbre y la aversión al riesgo. Lo anterior, junto con la posibilidad de mayores restricciones financieras puede llevar a movimientos abruptos de flujos de capitales internacionales, ajustes rápidos y en magnitudes considerables en inversiones de portafolio, y disrupciones en crédito bancario, pagos y remesas transfronterizas, que podrían afectar los precios de los activos y tipos de cambio».

El IEF indica que estos eventos mantienen vigente el riesgo de un deterioro de las condiciones financieras para las economías emergentes y que -de concretarse una situación como esta-, podría incidir en una depreciación de sus monedas, un aumento de sus costos de financiamiento y/o, eventualmente, en salidas de capitales.

Nivel Interno

A nivel interno, un escenario en que se estrechen las condiciones de financiamiento externo repercutiría en los agentes locales, aumentando el riesgo de incumplimiento de hogares y empresas. Esto sería particularmente relevante en aquellos grupos que han sido identificados como vulnerables y que presentan mayor rezago en su recuperación, señala el BC.

Respecto de las condiciones financieras internas, las reducciones de la Tasa de Política Monetaria (TPM) se han traspasado a las tasas de mercado de corto plazo de acuerdo con los patrones habituales. Por su parte, las tasas de largo plazo continúan en niveles elevados, influidas por las condiciones de los mercados externos y la menor profundidad del mercado de capitales local, destaca también.

Respecto del endeudamiento agregado de las empresas, el Informe indica que éste se mantuvo estable al segundo trimestre de 2024, aunque con cambios en su composición con un menor dinamismo del crédito bancario local y una mayor deuda externa en empresas de mayor tamaño, nuevas emisiones de bonos externos y un aumento en la valoración de sus deudas en moneda extranjera por la depreciación del peso.

En cuanto a la situación financiera de los hogares, el IEF destaca que ésta evoluciona favorablemente y resalta un aumento de los ingresos y el ahorro. La disminución de las tasas de interés ha permitido una reducción de su carga financiera, especialmente en los quintiles de menores ingresos y en deudas de menor plazo. Respecto del impago, se redujo en el segmento de créditos de consumo y aumentó en el hipotecario.

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