La reforma al impuesto a la renta va tomando forma. Las distintas materias que el gobierno quiere tratar en este proyecto ya están sobre la mesa. Se bajará el impuesto que pagan las empresas desde 27% al 25% y se creará una nueva tasa de 16% para los propietarios contribuyentes de impuestos finales (rentas del capital), que será retenida al momento de realizar la distribución de dividendos. Esta aplicará solo cuando retiren los accionistas y no si el retiro se hace entre empresas socias.
Adicionalmente, las utilidades distribuidas por una empresa sujeta a este régimen quedarán gravadas por un nuevo impuesto a la primera distribución con una tasa de 4%, independiente de quien sea el destinatario de las utilidades retenidas al momento de la distribución.
De esta manera, la carga total sobre las utilidades generadas por las empresas en régimen general quedaría en 39,5%, en lugar del 44,5% actual, nuevo nivel que según Hacienda se ubicaría un poco por debajo de la mediana de la Ocde.
Para compensar esa reducción del gravamen de primera categoría, ya que este proyecto debe ser fiscalmente neutro, Hacienda propuso subir el impuesto global complementario para los tres últimos tramos de la escala tributaria de las personas: Esto es desde $6 millones hacia arriba.
Este monto es superior a la última propuesta que estuvo sobre la mesa a principios de año y que consideraba alza impositiva para los ingresos desde los $4,5 millones mensuales. Pero si nos remontamos a la reforma tributaria original presentada a mediados de 2022 y que fue rechazada en su idea de legislar consideraba aumentar las tasas del impuesto a las personas desde el cuarto tramo que son quienes tienen ingresos desde $3,2 millones. Ese cambio, según los cálculos que hubo en ese entonces por parte de Hacienda, se esperaba recaudar 0,23% del Producto Interno Bruto (PIB), que equivale a US$780 millones. Este incremento habría afectado a cerca de 253 mil personas.
Ahora, la nueva fórmula de Hacienda tiene como un universo solo 153.516 personas, el 1,4% del total de contribuyentes. Según estimaciones preliminares, Hugo Hurtado, socio líder de Tax & Legal de Deloitte, la recaudación esperaría sería del orden de 0,15% del PIB lo que se traduce en montos en unos US$510 millones.
En 2023, este grupo de personas pagó impuestos por un monto cercano a US$4.300 millones, que equivale a 1,3% del PIB.
Los expertos tributarios tienen dudas sobre la efectividad de que concentrar la carga tributaria en los mayores ingresos alcance a tener los ingresos estimados, puesto que son pocas personas las que están desde los $6 millones.
Esto, considerando que al menos Hacienda debe recaudar entre unos US$800 millones y poco más de US$1.000 millones, que es la pérdida en recaudación que significa la baja en el impuestos de las empresas de 27% a 25%.
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