Obtener materiales esenciales para investigaciones biológicas, como reactivos, puede ser una tarea lenta y costosa en América Latina. ¿Las razones? Investigadores de la región enfrentan barreras como la falta de productores locales, altos costos de envío y complicados trámites aduaneros, entre otros factores, creando desigualdades que afectan el avance científico y las respuestas a problemas de salud pública.
Sin embargo, un modelo de intercambio abierto de biomateriales busca cambiar esta realidad. Se trata de la Red de Colaboración en Reactivos (Reagent Collaboration Network – Reclone), una iniciativa colaborativa global que facilita la producción de reactivos tales como enzimas (que son las proteínas que llevan a cabo las reacciones utilizadas en diagnóstico, por ejemplo, en PCR), y otros reactivos libres de patente y de pago de aranceles.
Recientemente esta red -impulsada por los investigadores locales del Instituto Milenio de Biología Integrativa (iBio), Fernán Federici y César Ramírez-, celebró un hito al recibir por dos años financiamiento otorgado por la Iniciativa Chan Zuckerberg (CZI), con el propósito de establecer los primeros nodos latinoamericanos de Reclone en Perú, Chile y Argentina.
“Mientras que la red funciona de manera descentralizada y distribuida a lo largo de África, Asia y Latinoamérica, este financiamiento nos permite capacitar personas e instalar redes de distribución local a otros laboratorios de la región”, señalan Isaac Nuñez y Tamara Matute, investigadores de iBio.
Por su parte, Fernán Federici destaca que gracias a estos fondos será posible llevar a cabo investigaciones y diagnósticos moleculares, producir proteínas recombinantes para investigación y la industria, monitoreo ambiental, junto con impulsar educación práctica y formación académica de excelencia.
“Tener acceso a estas herramientas moleculares de libre uso es crucial para que nuestra región pueda tener autonomía tecnológica en el diagnóstico y el monitoreo viral, así como en el entrenamiento de profesionales”, complementa Javiera Avilés, estudiante de doctorado, haciendo alusión a que la producción de reactivos ha permitido reducir los costos en 1 a 2 órdenes de magnitud, posibilitando cursos prácticos y proyectos que de otro modo habrían sido muy costosos.
Finalmente, los expertos destacan sentirse entusiasmados de que CZI haya reconocido el potencial de los kits de herramientas de ADN compartidos abiertamente para acelerar la investigación biomédica. “Esperamos que América Latina lidere el camino en el desarrollo de un modelo escalable para la comunidad global de Reclone, creando y distribuyendo materiales biológicos abiertos y reactivos para la investigación biomédica”, concluye Anibal Arce, otro investigador de Reclone.
/