La reforma de pensiones recientemente aprobada por el Congreso propone reducir el encaje que las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) deben mantener. Este encaje es una obligación legal para que las AFP inviertan un porcentaje de sus propios recursos en los fondos de pensiones que administran, equivalente al 1% de los activos gestionados. A finales de 2024, las AFP gestionaban aproximadamente US$186.4 mil millones.
Con la reforma, dos grupos se beneficiarán de manera significativa: las AFP, que podrán liberar una parte considerable de estos fondos, y las arcas fiscales, ya que las administradoras tendrán que pagar impuestos por el retiro de los recursos.
Al cierre del año pasado, las AFP mantenían un encaje de alrededor de US$1.864 millones. Este encaje tiene como objetivo garantizar que las AFP puedan cubrir eventuales pérdidas en los fondos y alinearse con los intereses de los afiliados. Sin embargo, en la práctica, el encaje no ha sido utilizado de manera significativa.
La reforma cambiará la forma en que se calcula el encaje, que pasará a ser el 30% de las comisiones que las AFP cobren en los 12 meses previos. Esto reducirá considerablemente la cantidad de fondos que deben mantener, dejando el encaje en aproximadamente US$335 millones.
La liberación del encaje excedente ocurrirá gradualmente en los próximos años, comenzando en 2027, con un total estimado de US$1.528 millones que las AFP podrán retirar. Aunque esta cifra variará debido a las fluctuaciones en los valores de los fondos, el retiro de estos fondos generará un aumento en los ingresos fiscales que se estima en US$350 millones, distribuidos a lo largo de varios años.
La reforma también busca fomentar la competencia en la industria de las AFP, reduciendo las barreras de entrada para nuevos actores, lo que podría transformar el sistema de pensiones del país.
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