En un audio enviado al programa Primer Plano de CHV, el actor Cristián Campos respondió con firmeza a los desgarradores testimonios de sus hijos, Pedro y Antonio, quienes apoyaron a su hermana Raffaela Di Girolamo en la denuncia por presunto abuso sexual que pesa contra el intérprete.
La polémica que reabrió el caso
El proceso judicial, que estaba cerca de cerrarse con un posible sobreseimiento, dio un vuelco cuando salieron a la luz contradicciones entre los testimonios de allegados a Campos. La declaración de la periodista Verónica Neumann —quien aseguró que Pedro Campos habría presionado a su hijo Simón Pesutic para que no testificara a favor de su padre— llevó al juez Edgardo Gutiérrez a reabrir la investigación.
Pero lo que más impactó fueron las palabras de sus propios hijos:
- Antonio reveló haber visto en el computador de su padre imágenes de «mujeres muy jóvenes, desnudas», algo que lo traumatizó y lo llevó a terapia.
- Pedro recordó el día en que confrontaron a su padre: «Nos dijo que Raffaella era ‘una loca ninfómana’ y que todo era una ‘vendetta’ de mi mamá».
La defensa de Campos: «Es una estrategia difamatoria»
En el audio, el actor negó rotundamente las acusaciones:
- «Nunca guardé fotos de menores. Jamás tendría algo tan repugnante».
- Acusó a Canal 13 de filtrar «declaraciones dudosas» como parte de una «operación comunicacional» en su contra.
- Sobre los archivos que mencionó Antonio, afirmó que eran «fotos y videos íntimos normales entre adultos consensuados».
Con voz quebrada, Campos aseguró haber sido «un buen padre» y criticó a sus hijos: «Les di todo, y ahora se dejan manipular para atacarme».
El dolor de una familia dividida
La denuncia, presentada en marzo de 2024 por Raffaela —hija de su expareja Claudia Di Girolamo—, alega abusos entre sus 13 y 17 años. La familia Di Girolamo respaldó públicamente a la joven, mientras Campos insiste en su inocencia: «No soy el monstruo que quieren pintar».
¿Qué sigue?
El juez deberá evaluar los nuevos testimonios y decidir si el caso avanza a juicio. Mientras tanto, las heridas familiares parecen más profundas que cualquier fallo legal.
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