El secretario de Estado, Marco Rubio, viaja a Alemania para participar de la Conferencia de Seguridad de Munich con la intención de explicitar la agenda geopolítica de Donald Trump y avanzar en una hoja de ruta que permita firmar la paz entre Ucrania y Rusia.
Rubio estará dos días en Múnich y luego volará a Tel Aviv para analizar la situación de Medio Oriente con el premier Benjamín Netanyahu y su canciller Gideon Saar, entre otros ministros del gabinete israelí.
El secretario de Estado llegará a Israel en un momento clave: cuando aterrice en el aeropuerto Ben Gurion ya se habrá cumplido el ultimátum de Trump a la organización terrorista Hamas para que libere a los casi 90 rehenes judíos que están secuestrados en los túneles de Gaza.
Netanyahu anunció este martes que si Hamas no libera a todos los cautivos el sábado al mediodía (hora del este), la tregua se terminó y la guerra iniciará de nuevo. Hasta anoche en Medio Oriente, la organización terrorista rechazaba la presión de la Casa Blanca y la advertencia final de Israel.
Rubio no estará solo en la Conferencia de Seguridad de Múnich. Junto al secretario de Estado se alinearán el vicepresidente de Estados Unidos, JD. Vance, y el general Keith Kellogg, enviado especial de Trump para Ucrania y Rusia.
Vance, Rubio y Kellogg conocen la situación en el frente de combate, y sus discursos son muy esperados entre los jefes de Estado, ministros, asesores y expertos en seguridad que estarán en Múnich durante 48 horas.
Volodimir Zelensky participará de la conferencia, y es muy probable que se encuentre con Rubio. El presidente de Ucrania ya asumió que Trump quiere iniciar un proceso de negociación que termine en un acuerdo de paz, y se muestra dispuesto a dialogar con Vladimir Putin.
La posición más flexible de Zelensky no implica que haya renunciado a su pretensión de sumar Ucrania a la OTAN, y menos todavía a perder a Estados Unidos como principal sostén del esfuerzo bélico que ejecuta Kiev contra Moscú.
Sin embargo, Zelensky declaró a un canal británico: “Estamos listos para cualquier formato de conversaciones”.
Rubio apunta a capitalizar la voluntad política del presidente de Ucrania, cuando ya hay señales positivas desde el Kremlin para concluir esta guerra en Europa, que dejó miles de muertos en el campo de batalla y provocó una crisis alimentaria y de energía a nivel global.
“En Múnich, la principal preocupación de todos será la guerra en Ucrania, y el presidente (Trump) ha sido muy claro. El presidente ha sido claro en que la guerra en Ucrania tiene que terminar. Va a empezar a trazar un camino amplio a seguir y quiere que esa guerra termine. A todos les interesa que esta guerra termine”, sostuvo el secretario de Estado.
Hace una semana, Trump reveló que mantenía conversaciones con Putin. Y esa información clave da sentido a la liberación de Marc Fogel, un profesor estadounidense que estaba detenido en Rusia desde 2021. Steve Witkoff, enviado especial de Trump para Medio Oriente, hizo la negociación con el Kremlin y logró su libertad.
Mike Waltz, asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, confirmó que Fogel había sido liberado tras las negociaciones de Witkoff. Y en su comunicado oficial deslizó una opinión política que se vincula a las negociaciones secretas que ya vinculan a Washington con Moscú.
“El presidente Trump, Steve Witkoff y sus asesores negociaron un intercambio como muestra de buena fe por parte de los rusos y un paso en la dirección correcta para poner fin a la brutal guerra en Ucrania”, afirmó Waltz.
Rubio lidera las negociaciones con Ucrania y Rusia, mientras Trump pone presión para lograr -cuanto antes- la paz entre ambas partes. En este contexto, la llegada del secretario de Estado a Múnich puede acelerar las conversaciones diplomáticas, que deberían desembocar en una mesa de negociación directa entre Zelensky y Putin.
“Esta guerra DEBE y VA A TERMINAR PRONTO”, escribió Trump en su plataforma Truth Social.
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