La Casa Blanca confirmó este viernes que el presidente Donald Trump decidió anular el acuerdo petrolero suscrito durante la administración de Joe Biden con Venezuela, revocando así la licencia otorgada a Chevron para operar en ese país. El mandatario justificó la medida alegando que el régimen de Nicolás Maduro no cumplió con los compromisos electorales y migratorios previamente pactados.
“Estamos revirtiendo las concesiones que el corrupto Joe Biden le dio a Nicolás Maduro”, escribió Trump en Truth Social. En su mensaje, acusó al gobierno venezolano de incumplir los términos relacionados con las condiciones electorales, además de ralentizar la repatriación de migrantes con antecedentes delictuales enviados a Estados Unidos.
La licencia que permitía a Chevron producir crudo en Venezuela, vigente desde noviembre de 2022, se había renovado por seis meses y vencía a fines de julio de este año. Con esta decisión, Trump adelantó el cierre de operaciones al 1 de marzo.
Reacción desde Caracas
La vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez calificó la decisión como “lesiva a inexplicable” y acusó a Washington de perjudicar no solo a Venezuela, sino a los propios intereses estadounidenses. “Se están haciendo daño a ellos mismos”, escribió en Telegram.
Un revés económico para Venezuela
Chevron había logrado un repunte en la producción de crudo venezolano, superando los 200.000 barriles diarios en asociación con PDVSA. A comienzos de 2024, el país volvió a superar el millón de barriles por día, algo que no ocurría desde 2019, según datos de la OPEP.
Sin embargo, pese al potencial, la petrolera estadounidense evitó inversiones mayores debido a la incertidumbre jurídica. Se concentró en reactivar antiguos pozos sin comprometer nuevos capitales.
Fin de una apuesta estratégica de Biden
La decisión de la administración Biden de permitir la vuelta de Chevron fue interpretada como una estrategia para estimular un proceso electoral más transparente en Venezuela. Sin embargo, tras los comicios de julio de 2024, en los que Maduro se proclamó vencedor y Edmundo González Urrutia fue reconocido como ganador por varios gobiernos, la apuesta quedó en entredicho.
Ahora, con la salida forzada de Chevron, se cierra una etapa de tímida apertura económica entre ambos países y se reabre el debate sobre el uso de las sanciones como herramienta diplomática.
Rubio respalda decisión
El secretario de Estado, Marco Rubio, apoyó la medida, asegurando que la licencia fue “una fuente de financiamiento clave” para el régimen de Maduro. También advirtió que la presencia de Chevron solo había servido para oxigenar políticamente a Caracas sin generar mejoras sustanciales en el proceso democrático venezolano.
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