Las devastadoras inundaciones en Bahía Blanca han dejado, hasta el momento, un saldo de 16 muertos y cientos de desaparecidos, generando una crisis humanitaria que mantiene en alerta al gobierno. Ante la magnitud del desastre, el presidente Javier Milei decidió suspender su viaje a Chile, mientras que su secretaria general, Karina Milei, postergó un acto partidario en Tucumán.

Gobierno enfocado en la emergencia

La cúpula libertaria optó por permanecer en Buenos Aires para seguir de cerca los operativos de rescate y asistencia que se llevan a cabo en la ciudad afectada. Desde el Ejecutivo han reforzado las coordinaciones con autoridades locales y equipos de emergencia para mitigar el impacto de la catástrofe.

El presidente tenía previsto viajar a Chile para asistir a un seminario organizado por Vinci Compass, una firma especializada en inversiones alternativas y soluciones financieras en América Latina. Sin embargo, la situación en Bahía Blanca obligó a cambiar la agenda presidencial.

Crisis climática y respuesta oficial

Las lluvias torrenciales que azotaron la región provocaron el desborde de ríos y anegamientos en amplias zonas urbanas, dejando a miles de personas damnificadas. Equipos de rescate trabajan contrarreloj en la búsqueda de desaparecidos y en la asistencia a los afectados.

En este contexto, el Gobierno enfrenta su primer gran desafío en materia de gestión de desastres, con la necesidad de articular respuestas rápidas y efectivas para atender la emergencia y coordinar la reconstrucción posterior.

Con el foco puesto en la crisis, la administración Milei busca demostrar capacidad de respuesta en un momento crítico para la población de Bahía Blanca y la política nacional

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