Investigaciones recientes han identificado un fenómeno astronómico que habría impactado de forma importante en la historia de la Tierra. El paso del sistema solar por regiones densas de polvo interestelar y la explosión de supernovas cercanas podrían haber sido responsables de cambios climáticos drásticos y eventos de extinción masiva.
Un estudio liderado por el astrofísico Alexis Quintana, de la Universidad de Alicante, sugiere que explosiones de supernovas cercanas pudieron haber provocado las extinciones masivas del Ordovícico tardío y el Devónico tardío, ocurridas hace 445 y 372 millones de años, respectivamente. La radiación cósmica liberada en estos eventos habría degradado la capa de ozono, exponiendo la superficie terrestre a altos niveles de radiación ultravioleta y alterando drásticamente los ecosistemas.
I wonder if this is modelled in the Drake equation. Stars blowing up and leading to mass extinction suggests that distribution of and age of stars should be included? Or is 2.5 per billion years negligible in the greater scheme of things? https://t.co/r70ba1o2k2
— Nicklas Berild Lundblad ಠ_ಠ (@nicklaslundblad) March 13, 2025
Los cálculos realizados indican que al menos dos supernovas podrían haber ocurrido dentro de un radio de 65 años luz de la Tierra en los últimos mil millones de años. A esta distancia, la radiación sería lo suficientemente intensa como para influir en la biosfera terrestre y generar condiciones ambientales extremas.
Actualmente, no se han identificado estrellas cercanas que representen un riesgo inminente de explotar como supernova. No obstante, los científicos destacan la importancia de continuar monitorizando el medio interestelar y su impacto en el planeta, ya que la historia muestra que estos eventos pueden repetirse con consecuencias impredecibles.
Las nubes de polvo también son un riesgo
Por su parte, otro estudio publicado en Astronomy & Astrophysics sugiere que hace 14 millones de años el sistema solar atravesó una estructura interestelar conocida como Ola Radcliffe, compuesta por gas y polvo cósmico. Los científicos plantean que esta interacción pudo haber alterado la cantidad de radiación solar que llegaba al planeta, favoreciendo el enfriamiento global y la expansión de los casquetes polares.
La investigación, liderada por científicos de la Universidad de Viena, apunta a que el incremento en el flujo de polvo cósmico coincide con una transformación climática registrada en el período del Mioceno Medio. Esta hipótesis aún requiere confirmación mediante el hallazgo de elementos radiactivos en registros geológicos, lo que permitiría establecer una conexión más sólida entre los eventos cósmicos y los cambios climáticos en la Tierra.
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