El ex presidente brasileño Jair Bolsonaro, enjuiciado penalmente por golpe de Estado, dijo durante una multitudinaria manifestación que convocó en la ciudad de São Paulo, que está siendo perseguido como ocurrió con Donald Trump, en Estados Unidos, y con Marine Le Pen, en Francia.
La protesta clamó por una amnistía para los condenados por la intentona golpista del 8 de enero de 2023, cuando miles de bolsonaristas invadieron las sedes de los tres Poderes, poco después de que Bolsonaro terminara su mandato.
El propio exmandatario (2019-2022) enfrentará un juicio por una supuesta trama golpista tras las elecciones de octubre de 2022. Según la fiscalía, Bolsonaro buscó el respaldo de las fuerzas armadas para impedir la asunción de su sucesor en la presidencia, el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva.
El ex jefe de Estado recibió una expresiva muestra de apoyo y reiteró su inocencia. Se dijo víctima del “activismo judicial” que se está viendo en el mundo “para inhabilitar a la derecha”.
“(…) como inhabilitaron a Le Pen en Francia, como quisieron inhabilitar a Trump en Estados Unidos, como hicieron con el presidente de Rumania, como hizo (Nicolás) Maduro en Venezuela inhabilitando a sus opositores”, sostuvo en su intervención.
El utraderechista, que está impedido por ocho años de participar en elecciones, dijo que realizar los comicios presidenciales de 2026 sin su presencia es “negar la democracia y exponer la dictadura de Brasil”.
Bolsonaro llegó con antelación acompañado de su esposa Michelle, varios de sus hijos y líderes políticos y religiosos, entre los cuales los gobernadores de siete de los 27 estados brasileños.
Bolsonaro, que podría enfrentar hasta 40 años de cárcel si fuera hallado culpable, se declara inocente y dice ser un “perseguido”.
“La presencia del pueblo en la Paulista será un termómetro para la amnistía”, dijo esta semana a la radio local AuriVerde Brasil, afín al bolsonarismo.
Dos horas antes del inicio del acto, los manifestantes se congregaban sobre la Paulista, casi todos vestidos con camisetas de la selección de fútbol de Brasil, apropiada como símbolo por el bolsonarismo.
El exmandatario reclama que el Congreso apruebe una amnistía para los condenados por la invasión y destrucción de las sedes de los tres poderes del Estado el 8 de enero de 2023, pocos días después de la asunción de Lula. Bolsonaro se encontraba en ese momento en Estados Unidos.
Labiales por doquier
Durante la manifestación, varios manifestantes ondearon banderas de Estados Unidos e Israel, mientras que otros portaron pancartas con el lema ‘¡Amnistía ya!’ y carteles criticando las sentencias de la Corte Suprema a los condenados que participaron en la intentona.
Los seguidores de Bolsonaro, en particular las mujeres, han resaltado el caso de Débora Rodrigues, una peluquera que enfrenta una posible condena de 14 años de prisión por escribir con un pintalabios la frase ‘perdió amigo’ sobre la estatua que simboliza la Justicia, durante los actos de la intentona.
El pintalabios fue uno de los símbolos de referencia en el evento, con un modelo inflable gigante sobre la avenida y réplicas de varios tamaños dispersas en el lugar del evento junto con avisos advirtiendo sobre el “peligro” de utilizar esa “arma” que “puede enviar a prisión”.
Al acto asistieron unas 45.000 personas, según la metodología utilizada por la Universidad de São Paulo, en colaboración con el Centro Brasileño de Análisis y Planeación (Cebrap) y la ONG More in Commom, que consiste en utilizar imágenes de la multitud captadas por drones en el momento de mayor afluencia de público.
La manifestación convocada por Bolsonaro tenía como propósito presionar al Congreso brasileño para que incluya, con carácter de urgencia, el proyecto de ley de amnistía en la agenda de debates.
La iniciativa, que busca eliminar la responsabilidad penal de los cerca de 500 condenados por golpismo, también beneficiaría al expresidente.
Bolsonaro será juzgado por el Supremo Tribunal de Justicia, junto con sus otros siete aliados, incluidos exministros y militares de alto rango, acusados de encabezar una conspiración supuestamente urdida entre 2021 y 2022 y de incitar los ataques perpetrados en enero de 2023.
Todos ellos fueron denunciados por la Fiscalía por los delitos de abolición violenta del Estado democrático de derecho, intento de golpe de Estado, implicación en organización criminal armada, daño calificado y deterioro de patrimonio, lo que podría acarrearles hasta 40 años de prisión.
Según un sondeo divulgado este domingo por la empresa de encuestas de opinión Quaest, el 56% de los brasileños se opone a una amnistía para los condenados por la intentona golpista, frente a un 34 % que considera que deben ser liberados.
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