Montevideo fue escenario de un emotivo homenaje a José «Pepe» Mujica, una de las figuras más icónicas de la política uruguaya y referente de la izquierda latinoamericana. La noche del miércoles, en el marco de la conmemoración del 54° aniversario del primer acto masivo del Frente Amplio, el expresidente de 89 años fue ovacionado por miles de personas que se reunieron en la explanada de la Intendencia.
Sentado en primera fila, acompañado por su esposa, la exvicepresidenta Lucía Topolansky, Mujica no pudo contener la emoción. Desde su silla de ruedas, con su bastón en mano, fue testigo de un reconocimiento que trascendió lo político para convertirse en un símbolo de gratitud colectiva.
Un homenaje cargado de historia y simbolismo
El evento tuvo una doble finalidad: recordar aquel 26 de marzo de 1971, cuando el Frente Amplio realizó su primer acto público en el mismo lugar, y rendir tributo a Mujica, cuya trayectoria ha marcado profundamente la política del país. La fuerza de izquierda, que gobernó Uruguay entre 2005 y 2020 y que este mes retomó el poder con Yamandú Orsi, aprovechó la ocasión para destacar el legado del expresidente.
El momento central del homenaje fue un video que apeló directamente a la emoción. Con la pregunta “¿Dónde late el corazón de un país?” como punto de partida, la pieza audiovisual entrelazó algunas de las frases más emblemáticas de Mujica con testimonios de ciudadanos que compartieron cómo las políticas impulsadas por su gobierno (2010-2015) impactaron en sus vidas.
Las imágenes y relatos fueron suficientes para conmover al exmandatario, cuya expresión reflejaba tanto sorpresa como gratitud. Al final del video, los aplausos prolongados y las ovaciones fueron el broche de oro de un reconocimiento que, más allá de lo político, evidenció el cariño de una parte importante del pueblo uruguayo.
Un referente de la izquierda latinoamericana
Mujica es mucho más que un expresidente. Su historia personal, marcada por la militancia en el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, su encarcelamiento durante la dictadura (1973-1985) y su posterior ascenso a la presidencia, lo han convertido en un símbolo de lucha y resiliencia. Su estilo de vida austero, su discurso humanista y su cercanía con la gente le han valido reconocimiento dentro y fuera de Uruguay.
A lo largo de su mandato, promovió políticas de inclusión social, impulsó la regulación del cannabis, defendió el medioambiente y abogó por una democracia más participativa. Sus discursos, muchas veces cargados de reflexiones filosóficas sobre el consumismo, la felicidad y el poder, lo proyectaron como una figura internacional admirada incluso por líderes de diferentes ideologías.
Un reconocimiento en un momento clave para Uruguay
El homenaje a Mujica llega en un momento significativo para el Frente Amplio, que recientemente volvió al poder con Yamandú Orsi como presidente. Este acto no solo sirvió para honrar a una de sus figuras más representativas, sino también para reforzar el vínculo del partido con su militancia y reivindicar los valores que lo han definido a lo largo de su historia.
Para Mujica, que en los últimos años ha enfrentado problemas de salud, este reconocimiento también marca una etapa distinta en su vida pública. Si bien sigue siendo una voz influyente en la política uruguaya, su rol ha cambiado, y este homenaje puede interpretarse como un gesto de agradecimiento a quien dedicó décadas a la construcción de un Uruguay más igualitario.
La emoción que se vivió en la explanada de la Intendencia de Montevideo dejó en claro que, para muchos, Pepe Mujica no es solo un expresidente, sino una referencia ética y política que seguirá latiendo en el corazón de Uruguay.