Piñera me recibió en La Moneda y me visitó en São Paulo cuando yo ya no era presidente de Brasil. Me preguntó: ‘¿Usted ya no quiere ser presidente?’ Y me dijo que sí quería volver a serlo. Sin embargo, la relación que teníamos era muy buena. No importaba si a Alan García no le caía bien Chávez, o si yo no le caía bien a otra persona. Eso no importaba, porque estábamos discutiendo relaciones geopolíticas, relaciones entre Estados”, recordó Lula.

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