Un meteorito recuperado en la Antártida en 2012 podría reescribir la historia del origen del agua en la Tierra. Según un estudio publicado en
Un meteorito recuperado en la Antártida en 2012 podría reescribir la historia del origen del agua en la Tierra. Según un estudio publicado en la revista Icarus, esta roca espacial, clasificada como condrita enstatita, contiene hidrógeno en forma de sulfuro de hidrógeno, sugiriendo que nuestro planeta pudo haber generado agua de manera endógena, sin depender exclusivamente de impactos de cometas o asteroides.
El hallazgo: Hidrógeno «nativo» en un meteorito primitivo
Las condritas enstatitas son raras y químicamente similares a los materiales que formaron la Tierra hace 4.500 millones de años. Aunque no almacenan agua líquida, preservan hidrógeno en su estructura. Utilizando espectroscopía avanzada, un equipo liderado por James Bryson, científico planetario de la Universidad de Oxford, detectó este elemento en las capas internas del meteorito, protegidas de la contaminación ambiental.
«La abundancia de hidrógeno indica que la Tierra podría haberlo incorporado durante su formación», explicó Bryson. Esto implica que el agua habría surgido mediante reacciones químicas entre el hidrógeno presente en el planeta y el oxígeno, desafiando la teoría dominante de un origen extraterrestre.
Escepticismo y desafíos metodológicos
No todos están convencidos. Conel Alexander, experto del Carnegie Institution for Science, advierte que el hidrógeno detectado podría ser resultado de la interacción del meteorito con el hielo antártico: «Estas rocas reaccionan rápido con el agua y el oxígeno terrestres. Para confirmar el hallazgo, necesitaríamos analizar una muestra recién caída, preservada en un ambiente sellado».
El equipo de Bryson evitó zonas alteradas del meteorito, pero Alexander insiste en que solo un espécimen prístino —como uno recogido en el acto de su caída— ofrecería certeza absoluta.
Implicaciones para la vida en el universo
Si los planetas rocosos pueden formarse con hidrógeno intrínseco, la aparición de agua —y por ende, de entornos habitables— sería más común de lo pensado. «Esto amplía las posibilidades de encontrar vida en otros sistemas», señaló Bryson.
Un debate con raíces profundas
La teoría del agua extraterrestre se basa en que los materiales primigenios de la Tierra eran secos. Sin embargo, este meteorito antártico, nombrado EC 002, suma evidencia a una visión alternativa: que los ingredientes para la vida ya estaban presentes en los bloques constitutivos del planeta.
, esta roca espacial, clasificada como condrita enstatita, contiene hidrógeno en forma de sulfuro de hidrógeno, sugiriendo que nuestro planeta pudo haber generado agua de manera endógena, sin depender exclusivamente de impactos de cometas o asteroides.
El hallazgo: Hidrógeno «nativo» en un meteorito primitivo
Las condritas enstatitas son raras y químicamente similares a los materiales que formaron la Tierra hace 4.500 millones de años. Aunque no almacenan agua líquida, preservan hidrógeno en su estructura. Utilizando espectroscopía avanzada, un equipo liderado por James Bryson, científico planetario de la Universidad de Oxford, detectó este elemento en las capas internas del meteorito, protegidas de la contaminación ambiental.
«La abundancia de hidrógeno indica que la Tierra podría haberlo incorporado durante su formación», explicó Bryson. Esto implica que el agua habría surgido mediante reacciones químicas entre el hidrógeno presente en el planeta y el oxígeno, desafiando la teoría dominante de un origen extraterrestre.
Escepticismo y desafíos metodológicos
No todos están convencidos. Conel Alexander, experto del Carnegie Institution for Science, advierte que el hidrógeno detectado podría ser resultado de la interacción del meteorito con el hielo antártico: «Estas rocas reaccionan rápido con el agua y el oxígeno terrestres. Para confirmar el hallazgo, necesitaríamos analizar una muestra recién caída, preservada en un ambiente sellado».
El equipo de Bryson evitó zonas alteradas del meteorito, pero Alexander insiste en que solo un espécimen prístino —como uno recogido en el acto de su caída— ofrecería certeza absoluta.
Implicaciones para la vida en el universo
Si los planetas rocosos pueden formarse con hidrógeno intrínseco, la aparición de agua —y por ende, de entornos habitables— sería más común de lo pensado. «Esto amplía las posibilidades de encontrar vida en otros sistemas», señaló Bryson.
Un debate con raíces profundas
La teoría del agua extraterrestre se basa en que los materiales primigenios de la Tierra eran secos. Sin embargo, este meteorito antártico, nombrado EC 002, suma evidencia a una visión alternativa: que los ingredientes para la vida ya estaban presentes en los bloques constitutivos del planeta.
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