El delegado presidencial metropolitano, Gonzalo Durán, confirmó este jueves el fallecimiento de los seis tripulantes de la avioneta Piper Cheyenne II que se estrelló el miércoles en la zona de Curacaví. La aeronave, perteneciente a la empresa Coastline, desapareció del radar minutos después de despegar desde Santiago rumbo a Arica.

La Fiscalía Regional Metropolitana Occidente informó durante la jornada el hallazgo de la aeronave, ubicada tras más de 20 horas de búsqueda en condiciones meteorológicas adversas. El operativo involucró a Carabineros, Bomberos, Fuerza Aérea, Ejército y funcionarios municipales, y permitió avistar la avioneta en un sobrevuelo realizado por la FACh al generarse una ventana climática favorable.

“El hallazgo se produjo tras un reconocimiento aéreo, y posteriormente personal descendió para fijar las condiciones del sitio del suceso, confirmando el deceso de las seis personas a bordo”, detalló Durán.

Las víctimas fueron identificadas como los pilotos Christian Muñoz y Luis Meneses, el empresario y político ariqueño José Luis Torres Espinoza, su yerno Alaban Rivera Anaroca, el médico Dinko Nori y la enfermera Dayana Niño. Torres regresaba a su ciudad tras recibir un tratamiento médico por un accidente cerebrovascular.

Búsqueda y primeros antecedentes del accidente

El avión despegó a las 19:16 horas del miércoles 7 de mayo desde el aeropuerto Arturo Merino Benítez, y se perdió contacto con él 13 minutos después, mientras sobrevolaba un área afectada por un sistema frontal con lluvia, granizo y bajas temperaturas.

La localización de la aeronave fue posible gracias al uso de las señales de teléfonos móviles de las víctimas, cuya triangulación fue autorizada por orden judicial. La aeronave fue finalmente detectada a las 15:50 horas del jueves por la tripulación de un helicóptero MH-60M Black Hawk de la Fuerza Aérea de Chile, en las cercanías del sector de Lepe, comuna de Curacaví.

La Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) informó que tras el hallazgo en el Fundo Carén, se iniciará una investigación técnica conjunta con la Fiscalía Occidente, el Servicio Médico Legal (SML) y la Policía de Investigaciones (PDI) para esclarecer las causas del accidente.

Según la DGAC, las condiciones meteorológicas en el aeropuerto al momento del despegue permitían la realización de vuelos visuales, pese a la complejidad del clima en zonas más elevadas como Cerro El Roble, donde se concentró la búsqueda.

Testimonios de residentes del sector indican que el cielo estaba cubierto y que se escuchó un estruendo al momento en que habría ocurrido el accidente. Cámaras de seguridad captaron un destello luminoso coincidente con la presunta hora del impacto.

El fiscal regional Marcos Pastén explicó que las causas técnicas del accidente se conocerán tras la recopilación de antecedentes por parte de los peritos. “Nuestra prioridad ahora es la recuperación de los cuerpos y su entrega a las familias, previa autopsia del Servicio Médico Legal”, indicó.

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