La ejecución de dos empleados de la embajada de Israel frente al Museo Judío Capital, en la capital de Estados Unidos, ha provocado una ola de condenas a nivel internacional, con líderes mundiales denunciando el hecho como un acto de antisemitismo y exigiendo justicia inmediata.

El presidente estadounidense, Donald Trump, calificó el crimen como “un ataque de odio antisemita” y aseguró que “el odio y el radicalismo no tienen cabida en Estados Unidos”. En una publicación desde su red Truth Social, envió condolencias a las familias de las víctimas y reiteró su compromiso con la protección de las comunidades judías.

Desde Jerusalén, el primer ministro Benjamín Netanyahu responsabilizó directamente al antisemitismo por el ataque, afirmando que “los libelos de sangre contra Israel están en aumento y deben ser combatidos hasta el final”. En respuesta, ordenó el refuerzo de la seguridad en todas las embajadas israelíes.

El presidente israelí Isaac Herzog calificó el tiroteo como “un acto despreciable de odio” y aseguró que Israel y Estados Unidos seguirán unidos en la defensa de sus valores compartidos. El embajador ante la ONU, Danny Danon, fue aún más contundente, al definir el ataque como “un acto depravado de terrorismo antisemita”.

Reacciones en cadena desde la comunidad internacional

El secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, se comprometió a llevar a los responsables ante la justicia, y catalogó el ataque como “una violencia cobarde y antisemita”. En Europa, líderes de Francia, Alemania, Reino Unido, Italia, España y la Unión Europea expresaron su condena unánime, calificando el hecho como una “barbarie aberrante” y un “crimen atroz”.

El ministro francés Jean-Noël Barrot, el canciller alemán Friedrich Merz, y el británico David Lammy, coincidieron en denunciar un móvil antisemita. En tanto, el italiano Antonio Tajani advirtió sobre los peligros de olvidar las lecciones del pasado, y el español José Manuel Albares pidió actuar con firmeza frente a la intolerancia.

Por su parte, la alta representante de la diplomacia de la Unión Europea, Kaja Kallas, expresó su consternación y fue enfática: “No hay, ni debe haber, lugar para el odio o el extremismo en nuestras sociedades”.

Investigación en curso y detención del sospechoso

El ataque ocurrió en las inmediaciones de un evento oficial, cerca del Museo Judío y de oficinas del FBI. Las autoridades confirmaron que el presunto atacante, identificado como Elías Rodríguez, fue detenido en el lugar de los hechos. Aunque la investigación sigue abierta, las primeras indagaciones apuntan a un posible crimen motivado por odio.

La alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, también se pronunció: “Este tipo de violencia no tiene cabida en nuestra ciudad. Es un acto de odio inaceptable”.

El ataque, que ha conmovido a la comunidad internacional, vuelve a poner en el centro del debate global el resurgimiento del antisemitismo y la necesidad urgente de adoptar medidas efectivas para combatirlo.

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